La cuarentena se convirtió en el pretexto forzoso para obligar a trabajar inhumanamente, sin descanso y sin poder regresar a su casa durante un mes a Edy Fonseca.
Atrapada en su trabajo, la mujer que laboraba como celadora en un edificio residencial en el barrio Los Rosales al norte de Bogotá, hacía parte de los tres trabajadores encargados de la vigilancia del edificio, de los cuales fueron despedidos dos, dejando únicamente a Edy, a quien le tocó trabajar los siete días de la semana, las 24 horas, durante un mes completo, según CityTV y El Tiempo, quienes hicieron la investigación y la entrevista.
Los medios de comunicación, dieron a conocer el caso de la vigilante, quien fue obligada a llevarse toda su ropa al edificio y a dormir en el sótano del conjunto residencial en un sofá.
15 mil pesos diarios eran su único sustento para poder alimentarse durante el día y vivir, sin siquiera poder salir del edificio e ir a su casa a ver a sus familiares.
Su horario en el edificio Luz Marina, era de 5:30 a.m. a casi 9:00 p.m., no obstante, si después de esa hora llegaba alguien, debía levantarse a recibirlo.
El abuso laboral sufrido, le generó depresión y fue desgastándola física y emocionalmente hasta el punto de llegar a padecer parálisis facial, debido al estrés.
'El 23 de abril, me levanté con la cara torcida, no podía respirar, ya tenía las pupilas dilatadas, estaba entrando en coma diabético e infección intestinal', relató Edy Fonseca para CityTV.
Además, contó un caso puntual que le ocurrió durante su infernal estadía en el edificio.
'No podía recibirles nada de alimentos a los residentes del edificio, en una ocasión me dieron un plato de arroz y el presidente del consejo me vio por las cámaras y me regañó por habérselos recibido', afirmó la mujer celadora.
Durante ese tiempo, uno de sus sobrinos falleció y no pudo despedirlo porque no le dieron permiso para salir. Uno de los miembros de la junta, le dijo que 'se desahogara en administración y llamara por teléfono'.
Durante la entrevista realizada a la empleada, la periodista tocó un punto curioso y es que Edy Fonseca fue contratada de manera directa por el edificio, es decir, no hubo intermediario, algo que, según ellos, no estaba permitido.
La única forma por la que pudo salir del conjunto, fue el día que una ambulancia y personal de salud fueron a atenderla debido a la parálisis, y demás síntomas que se le presentaron debido al estrés. Al consultarle a la celadora por qué se encontraba en ese estado, ella fue clara con todo lo que, hasta el momento, durante un mes, había vivido.
Así pues, las palabras del presidente del consejo para ella fueron: 'Nos ha metido en un problema. Se queda sin trabajo'.
De esta forma, culmina la historia contada por los medios de comunicación en Bogotá que siguieron de cerca la historia de Edy Fonseca, vigilante que padeció de abuso laboral y que terminó afectada física y emocionalmente, hasta el punto de llegar a enfermarse.
Según las explicaciones que daban en el conjunto residencial del porqué del trato inhumano con la empleada, fue debido a la cuarentena, pero en realidad, según las declaraciones dadas por Edy en entrevista, muchos entraban y salían, domiciliarios, residentes del edificio y demás, menos ella.