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Este sábado 2 de mayo se conmemoran 18 años de la masacre de Bojayá, que dejó 83 personas muertas en esta localidad chocoana en 2002. Hoy, lamentablemente, la situación sigue siendo tensa para esta población, sobre todo en medio de la pandemia del coronavirus: la amenaza de los grupos armados está latente y solo hay un centro de salud con dos médicos para unos 12 mil habitantes.

José de la Cruz Valencia, miembro del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá y sobreviviente de la masacre, habló con EL HERALDO sobre las sensaciones en estos momentos en el pueblo.

'Es una mezcla de sentimientos bastante confusa, porque lo primero es que esta es la primera conmemoración en que tendremos la posibilidad de llevar una vela por fin a una tumba, ya que en noviembre pudimos hacer el entierro de las víctimas, entonces es un paso importante que hemos dado, buscando verdad y tranquilidad, porque cuando se logra enterrar una persona descansa el muerto y descansan los vivos', indicó haciendo referencia al entierro el pasado 18 de noviembre de 79 restos de la masacre tras las exhumaciones de 2017.

Sin embargo, advierte que persiste el temor entre los habitantes porque 'el conflicto permanece en el territorio y los actores armados se disputan el territorio de Bojayá'.

Agradece a Dios por el hecho de que 'hasta ahora no ha habido pérdidas humanas en lo que va de esta disputa territorial' de actores armados en la zona como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia y el ELN, que intentan ganar para sí las rutas fluviales del narcotráfico que dejaron las Farc, ahora desmovilizadas.

'La gente no se puede mover libremente, las alertas tempranas están vigentes. Ojalá el Gobierno tuviera la capacidad de brindar un territorio saneado. Si se hubiera cumplido lo de La Habana no estuviéramos así', manifestó el líder de víctimas. Frente al nuevo ingrediente fatal de estos tiempos: el coronavirus, que es doblemente preocupante en zonas como Bojayá, el sobreviviente lanzó alertas: 'Bojayá es un municipio que tiene 12 mil habitantes entre comunidades negras e indígenas, las comunidades están dispersas, tenemos un centro de salud con dos médicos, no tiene una cama de UCI, no tenemos respiradores artificiales y estamos en una situación muy difícil, absolutamente desamparados'.

Por ello, hizo un llamado al presidente Iván Duque 'porque se había comprometido en dotar a Bojayá en salud. Este es el momento para hacerlo'.