Tras 37 rondas de votaciones en un año para tratar de llenar las vacantes en la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Ariel Salazar envió una carta a la sala plena del alto tribunal, aseverando que 'es mejor dejar una Corte sin quorum que dejarla mal conformada'.
El togado de la Sala Civil y Agraria del máximo tribunal de la justicia ordinaria, que acaba su periodo de ocho años como magistrado el 27 de este mes de febrero, es quien podría eventualmente dejar a la Corte sin quorum decisorio, pues actualmente la corporación tiene 16 integrantes -que es el número que da la mayoría en una votación-.
Esto, de no llenarse las siete vacantes antes de que salga de su puesto o de no buscarse una fórmula alterna para resolver el lío.
Salazar responde en la misiva a un comunicado de la Sala Penal del alto tribunal en la que asegura que los seis magistrados que actualmente conforman la célula -son nueve en total pero hay tres vacantes- ya tienen a sus tres candidatos, elegidos de manera unánime, con el fin de evitar perder el quorum para tomar decisiones: Fabio Ospitia, Gerson Chaverra y Hugo Quintero.
La Sala Penal, en el comunicado, les pide a las salas Laboral -con tres vacantes- y Civil -con una- el apoyo para sus candidatos, y a cambio los togados de dicha sala se comprometen a respaldar a los postulados que las otras salas presenten para cada una de sus células.
La propuesta se da debido a que a los magistrados de la penal les inquieta y avergüenza quedar sin el quorum reglamentario para elegir: 'Rechazamos la posibilidad de ese escenario de riesgo', se lee en la epístola.
A manera de contestación, Salazar coincide en que es agobiante 'la vergonzosa situación que tendría que afrontar la honorable Corte con la desintegración del quorum electoral'.
Y agrega que de llegarse hasta esta instancia la responsabilidad recaería en el máximo tribunal de la justicia ordinaria: 'Dicha eventualidad, cada vez más inminente, solo puede explicarse reconociendo que la Sala Plena ha incumplido con la obligación que tiene de suplir oportunamente las vacantes'.
Reitera el togado la necesidad de hacer una juiciosa selección de hojas de vida para llenar las sillas vacías de la corporación, a la mayor brevedad posible, 'teniendo en cuenta sus antecedentes académicos y profesionales, sin omitir la consideración de su buen nombre'.
Advierte además Salazar que el hecho de que la Corte Suprema de Justicia se haya llenado de vacantes, hasta completar las siete que lo tienen a una vacante de quedar sin capacidad de decidir, obedece a que así lo han 'propiciado' y 'aprovechado' algunos de sus colegas 'como mecanismo para imponer sus preferencias, cuando por la reducción del quorum aumente la angustia de quienes pensamos en la elección de los mejores'.