Al término de la asamblea general que se cumplió esta semana en la capital, la Conferencia Episcopal resumió su actividad en torno a la migración venezolana y la invitación al respecto a los colombianos en una frase del Evangelio: 'Tuve hambre y me diste de comer'.
Así lo señaló el obispo de Cúcuta, monseñor Víctor Ochoa: 'Como Iglesia todas las diócesis podemos decir que se han dedicado a atender este gran drama humano de los hermanos venezolanos que no tiene alimentos ni medicinas y que necesitan hacer provisiones para el diario vivir, y como obispos hemos reflexionado sobre este tema, (…) hemos activado nuestros servicios de caridad y tratamos de cumplir el Evangelio que dice: tuve hambre y me diste de comer’'.
A su vez, el arzobispo de Barranquilla, monseñor Pablo Salas, le dijo a EL HERALDO sobre este asunto que 'la contribución del país general, no solo institucional, ha sido muy grande, lamentablemente no estamos en el mejor momento, cosa distinta a cuando los colombianos sobre todo del Caribe se fueron a Venezuela, que estaban en unas condiciones de ofrecernos muchas cosas y nos acogieron, y lo agradecemos, pero lamentablemente el país no está en las mejores condiciones, el índice de desempleo está casi llegando al 10%, por tanto se siente lo del refrán de que si la gallina no tiene para tomar agua menos tiene para bañarse'.
Sobre el tema de la asamblea, que fue la economía, el religioso explicó: 'Hemos tenido una economía al servicio de los grandes conglomerados económicos y esta economía no genera equidad, igualdad y sobre todo sigue manteniendo ese margen de exclusión muy alto en que estamos los colombianos. Y ese tipo de economía donde el centro es el dinero tampoco hace que pensemos en el bien común'.
Frente a cómo va la implementación de la paz, advirtió el obispo cesarense: 'Como Iglesia vemos con preocupación lo que está ocurriendo, hubiéramos querido que lo firmado con las Farc hubiese tenido un desarrollo mejor, la etapa de transición entre el pasado gobierno y este no ha sido fácil'.
Acerca del asesinato de líderes sociales en el país, monseñor Salas envió un mensaje 'de rechazo total, ninguna muerte tiene justificación, venga de donde venga, y esa es una herida a la implementación, la violencia con que vienen siendo tratados los líderes y lideresas'.
Finalmente, se refirió al dato del censo que arroja que cada vez más mujeres asumen la jefatura de los hogares colombianos: 'Me parece fantástico, obedece al empoderamiento que tiene la mujer, siempre he pensado que la mujer tiene muchos valores y capacidades, que en muchos casos nos supera a los hombres y (…) es una invitación para que los hombres reconozcamos ese espacio que la mujer reclama en la sociedad y en la misma Iglesia'.