El féretro con el cuerpo de Érika Chicó, la joven ecuatoriana que murió en el atentado terrorista en el interior de la Escuela de Policía de Bogotá arribó en un avión DC3 de la Policía de Colombia alrededor de las 6:00 de la tarde al aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito.
Los restos fueron recibidos en la terminal aérea por el viceministro del Interior, Andrés de la Vega; el comandante general de la Policía, Nelson Villegas; autoridades de la cancillería ecuatoriana y familiares de la víctima.
Previamente, el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, expresó personalmente sus condolencias a los familiares de la joven en el aeropuerto de Quito, antes de partir a Suiza para participar en la edición 49 del Foro Económico Mundial.
Tras su arribo, el féretro iba a ser trasladado a la Escuela Superior de la Policía Nacional, ubicada en el noroeste de Quito, donde se instaló una capilla ardiente para darle el último adiós.
Chicó es una de las 21 víctimas mortales del atentado, incluido el atacante, identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez y miembro de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde hace más de 25 años.
El atentado en la Escuela de Cadetes de Policía General Francisco de Paula Santander también dejó 68 heridos, entre ellos otra ecuatoriana, quien se encuentra estable, y dos panameños.
El atacante ingresó el jueves 'de manera violenta' a la escuela policial en una camioneta cargada con 80 kilos de explosivo pentolita, según la Policía colombiana.
Ese mismo día viajaron a Bogotá el vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, y la ministra ecuatoriana del Interior, María Paula Romo, junto a familiares de la cadete fallecida en el atentado.
Los familiares de Chicó retornaron este sábado en un avión de la Policía colombiana, minutos antes del arribo de la aeronave que trajo los restos de la víctima.
Mientras tanto, los nueve cadetes ecuatorianos sobrevivientes del atentado seguirán estudiando en Colombia, afirmó el viernes el vicepresidente Sonnenholzner tras reunirse con ellos.
