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Inspirada en el mítico revolucionario Che Guevara, el ELN completa 55 años de lucha armada. Un mortífero atentado atribuido a ese grupo, que deja al menos 21 muertos y 68 heridos en Bogotá, sepultó nuevamente la puerta al diálogo con la última guerrilla reconocida en Colombia.

Quinto intento fallido

La decisión del presidente Iván Duque de dar por terminados oficialmente los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) pone fin al quinto proceso que intentaba finiquitar el alzamiento armado del grupo guevarista.

Su antecesor, el Nobel la de Paz Juan Manuel Santos, instaló las negociaciones con el ELN en febrero de 2017 en Ecuador, tres meses después de firmar un pacto que desarmó y transformó en partido a las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). En mayo de 2018 la mesa se trasladó a Cuba.

Duque, quien asumió el poder en 2018, mantuvo las conversaciones en punto muerto hasta que los insurgentes liberaran a todos los secuestrados en sus manos, que el gobierno calcula en 17, y que cesaran todas las actividades criminales.

El ELN consideraba estas exigencias 'condiciones unilaterales inaceptables', pues con Santos acordaron dialogar en La Habana, donde aún está el equipo negociador de los insurgentes, en medio de la conflagración en Colombia.

Duque pidió a Cuba que entregue a las autoridades colombianas a los líderes rebeldes, a quienes les reactivó las órdenes de captura internacional suspendidas desde la instalación de las pláticas.

Anteriormente otros mandatarios intentaron una salida negociada con los rebeldes: el primero fue César Gaviria (1990-94) a principios de los noventas, le siguieron Ernesto Samper (1994-98), Andrés Pastrana (1998-2002), y Álvaro Uribe (2002-10), actualmente senador y feroz opositor al acuerdo con las FARC.

Dificultad para dialogar

Con unos 1.800 combatientes y varios miles de milicianos, según el gobierno -aunque la guerrilla asegura que son 'muchos más'-, el ELN está liderado por Nicolás Rodríguez Bautista, 'Gabino', quien ingresó a sus filas cuando tenía 14 años.

Comandante desde 1998, tras la muerte por causas naturales del español Manuel 'El Cura' Pérez, Rodríguez Bautista ha impulsado una agenda nacionalista centrada en el control de los recursos naturales. Gabino está en la capital cubana.

El ELN tiene como objetivos militares a la infraestructura energética y a las transnacionales presentes en el país. Además, recurre al secuestro y al chantaje para financiarse.

Gabino encabeza el Comando Central (COCE), el órgano de dirección del ELN, del que también forman parte los comandantes Israel Ramírez ('Pablo Beltrán'), jefe de la delegación de paz; Eliécer Herlinton Chamorro ('Antonio García'); Gustavo Aníbal Giraldo ('Pablito') y Jaime Galvis Rivera ('Ariel' o 'Luis Alcantuz').

El ELN tiene una estructura 'federada' con vocería propia en cada frente, según el politólogo Víctor de Currea-Lugo.

A pesar del COCE, la 'cohesión' del ELN está 'en entredicho' por 'la flexibilización de los mandos', según el investigador del conflicto Camilo Echandía.

Algunos expertos apuntan incluso a que hay una división en la comandancia entre quienes abogan por dialogar y entre quienes pretenden seguir en la lucha armada, que serían los responsables del ataque en Bogotá.

Con presencia en una docena de departamentos del país, la organización tiene menor capacidad de fuego que la que tuvieron las disueltas FARC, pero su base social, compuesta por milicianos, es más amplia y diversa, según expertos.

Colombia acusa a Venezuela de dar refugio a comandantes y combatientes del ELN. Tanto los rebeldes como el gobierno de Nicolás Maduro rechazan esta versión.

Orígenes religiosos

El ELN fue fundado el 4 de julio de 1964 por sindicalistas y estudiantes, muchos de los cuales habían recibido formación en Cuba y eran simpatizantes de Ernesto 'Che' Guevara y la revolución cubana.

Al año siguiente, se unió a la organización el cura colombiano Camilo Torres (1929-1966), seguido de tres sacerdotes españoles, entre ellos Manuel Pérez (1943-1998).

Estos religiosos eran exponentes de la Teología de la Liberación, corriente de la Iglesia católica latinoamericana que reivindica la lucha a favor de los pobres.

Esta influencia religiosa se mantiene hasta ahora.