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Sin pistas permanecen las autoridades sobre el paradero de los tripulantes del helicóptero que prestaba sus servicios para la empresa Brinks y que fue atacado a tiros el pasado viernes y posteriormente incinerado.

Con patrullajes en tierra y sobrevuelos, integrantes de la Policía y las Fuerzas Militares reparten volantes en los que se informa de la recompensa para dar con el paradero de los funcionarios.

En los volantes aparecen las fotografías de Julio Díaz Guiza, Maxwell Joya García y Carlos Ramírez, quienes iban en la aeronave de matrícula HK 4327, que se desplazaba de Cucutila a La Playa, pero que en el sector de Hacarí se presentó el atentado que obligó al aterrizaje de emergencia.

La recompensa de los 100 millones de pesos fue anunciada el pasado domingo por el general Nicacio de Jesús Martínez, comandante del Ejército, al término de un consejo de seguridad. En esa declaración el oficial señaló que aún no se tenían pistas sobre los autores del hecho y del secuestro de la tripulación.

La nave era piloteada por Díaz mientras que García y Ramírez tenían la función de escoltas, ya que a bordo llevaban una suma superior a los mil millones de pesos.