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Durante su última intervención como presidente de Colombia, Juan Manuel Santos manifestó su satisfacción por haber progresado hacia la visión de tener una Colombia en paz.

'Enfrenté muchos retos; habré tenido aciertos que no me corresponde a mí destacar, y también equivocaciones –humanas equivocaciones– por las que les ofrezco disculpas', dijo.

Manifestó que durante su mandato siguió el norte que le dictó su propia conciencia, lejos de perseguir la popularidad de corto plazo y las encuestas.

'Mi conciencia me dijo: Colombia no puede resignarse a sufrir una guerra sin fin, como si fuéramos un país condenado a la violencia. Si existe una oportunidad, ¡una sola oportunidad!, de parar esta guerra, tenemos que intentarlo. Y lo intenté, con el apoyo y la generosidad de la mayoría de los colombianos; y, sobre todo, de las víctimas de esa guerra, que fueron mis mayores maestras', añadió.

Destacó la terminación del conflicto de más de medio siglo con las Farc, pese a que aún falta mucho. 'Ninguna paz es perfecta, ni fácil de consolidar, y menos en nuestro país, afectado por tantas formas de violencia'.

Santos precisó además que aún falta camino para erradicar por completo la pobreza y para reducir las diferencias entre los más ricos y los menos favorecidos.

'Pero en ese propósito orienté toda la capacidad del gobierno. Y lo cierto es que avanzamos con paso firme hacia una Colombia con mayor equidad y mejor educada. Por eso termino estos ocho años con serenidad: porque hice lo que me dictó mi conciencia, lo que consideré que era correcto, y hoy la paz queda en las mejores manos posibles', sostuvo.

Anunció también su retiro de la política y 'de las veleidades partidistas y electorales. Pero seguiré trabajando –desde otros ámbitos– por las víctimas y por la paz'.

A su sucesor, el presidente Iván Duque, 'le deseo lo mejor: todos los éxitos posibles, por el bien de nuestra patria. Yo seguiré la regla dorada, que ha marcado el camino de las grandes filosofías y religiones, tratar a los demás como uno quisiera ser tratado. Por eso, cumpliré, si me permiten, mi promesa de no molestar, de no intervenir, de no ser un aguijón en la nuca de mi sucesor. Cada presidente manda en su tiempo. Y el mío termina mañana', añadió el presidente.

A su vez, le pidió a los colombianos actuar con moderación. 'No nos dejarnos llevar por los extremos, siempre dañinos, siempre polarizantes. A que tramitemos nuestras diferencias siempre con respeto por el otro, por el que piensa diferente'.

Por último, agradeció la confianza y el apoyo de los colombianos.