Compartir:

Al completarse casi seis meses del colapso de una parte del puente de Chirajara, ubicado en la vía Bogotá- Villavicencio, y que dejó a nueve trabajadores muertos, la Concesionaria Vial de los Andes (Coviandes) realizó este miércoles, la implosión de las estructuras de lo que sería el nuevo puente. 

Esto se hizo a través de la firma Demoliciones Atila Implosión SAS la implosión del pilar C, luego de que varios estudios técnicos concluyeran que las causas de la tragedia estuvieron en los problemas de diseño. 

La demolición de la estructura duró tan solo unos segundos y se realizó pasadas las dos de la tarde y fue ejecutada por personal técnico, luego de concluir que lo ya construído no permitía seguir con el proyecto que conecta dos túneles de la doble calzada que comunica a los Llanos Orientales con la Capital del país. 

Para demoler completamente la estructura fueron utilizados cerca de 200 kilos de explosivos, 3.000 metros de cable detonante y cerca de 30 detonadores, y contó con la participación de quince expertos en el tema, además de miembros de los organismos de socorro, la Policía Nacional y funcionarios del concesionario, entre otros. 

El director de Operaciones de Coviandes, Fernando Castillo, indicó que el procedimiento no generó afectaciones sobre la calzada de la vía. 

'Esta jornada fue un poco extensa en el sentido de que teníamos la incertidumbre de cómo iba a caer la estructura con el proceso de implosión, de la pila del lado de Villavicencio, del viaducto de Chirajara, el cual contó con todo el personal técnico y profesional de la empresa que contratamos. Por fortuna con este proceso, que tuvo la colaboración de todas las autoridades de emergencia y contingencia como la Unidad de Gestión de Riesgo, Defensa Civil, Cruz Roja y la Policía, podemos dar un parte de satisfacción de esta actividad', explicó Castillo. 

En ese sentido, el concesionario realizó el cierre total de la vía por cerca de tres horas (una hora antes y después del proceso) a la altura de los peajes de Naranjal y Pipiral de este corredor vial, para controlar el tráfico vehicular mientras se realizaban las actividades previas y posteriores a la implosión. 

Asimismo, según el constructor, en el proceso de demolición fueron utilizados explosivos que disminuyen la sismicidad, el impacto en la caída de la estructura, el ruido y la dispersión de material particulado, para que se generara una mínima afectación a la zona, las comunidades y los usuarios de la vía. 

El presidente de la Sociedad de Ingenieros del Meta, William Valencia Campos, explicó que el proceso se realizó con un explosivo tipo indugel que fue ubicado en las columnas de la estructura para realizar la demolición de forma controlada. 

'El procedimiento se realizó con un sistema de implosión en donde por medio de unos detonadores y a través de un cordón detonante se transmite la mecha sobre un explosivo de indugel, el cual fue ubicado en la parte superior e inferior de las columnas. Ahora, una empresa especializada deberá entrar a realizar el proceso de remoción y retiro de los escombros que cayeron en la zona y este proceso puede extenderse por aproximadamente tres meses', explicó Valencia. 

Esta afirmación fue confirmada por el funcionario de Conviandes quien indicó que luego de realizar la demolición de la estructura se avanzará en el retiro del material que quedó en el lugar y en la restauración ambiental de la zona. 

'El proyecto contempla el retiro de los escombros que cayeron y la restauración en términos ambientales de la zona y la construcción de la nueva infraestructura. El nuevo puente contará con las características similares a la que se estaba haciendo y en este proceso ya se viene la fase de diseño definitivo y la posterior construcción que sería en el mismo lugar y tendría la misma longitud', explicó Castillo. 

La estructura que hace parte del proyecto de la doble calzada Bogotá- Villavicencio tenía que ser entregado a mediados de este año, sin embargo ante el colapso de una parte de su estructura en el mes de enero y luego de unos estudios técnicos, se deberá construir nuevamente por parte del concesionario, quien asumió la responsabilidad del hecho e indicó que no representará ningún costo para el Estado. 

En ese sentido, Coviandes informó hace unos meses que espera tener a finales del mes de septiembre un diseñador y constructor del nuevo viaducto en el sector de Chirajara, ubicado en jurisdicción del municipio de Guayabetal (Cundinamarca) el cual podría tener un costo de 90.000 millones de pesos. 

Este hecho ha sido uno de los que más ha marcado la credibilidad de la ingeniería nacional por el impacto que tuvo en el desarrollo de una de las obras de infraestructura vial más importantes del país. 

El presidente de la Cámara Colombiana de la Infraestructura (CCI)Juan Martín Caicedo Ferrer, aseguró que este hecho deja muchas reflexiones, sin embargo, aclaró que este caso fue puntual y que la ingeniería nacional cuenta con una amplía experiencia con este tipo de proyectos. 

'Acá tenemos varias reflexiones para llegar a la conclusión de que fue un tema muy puntual y que la ingeniería colombiana tiene una tradición ‘puentera’ exitosa. En Colombia, los colapsos de puentes han estado relacionados con atentados terroristas, temporadas invernales y el aumento en la carga de algunos vehículos como consecuencia de la apertura económica', indicó Caicedo. 

En ese sentido, Caicedo explicó que en la historia del país solo se han presentando tres casos de puentes colapsados por problemas de tipo estructural: El puente Heredia en Cartagena, un puente peatonal en la capital del país en 2015 y Chirajara en la vía que conduce de Bogotá a Villavicencio. 

'Para dar una muestra de tranquilidad, el inventario de puentes que están funcionando bien en Colombia es muy amplio. La red vial no concesionada cuenta con 3.415 puentes que no han tenido ninguna dificultad y los intervenidos por la red vial concesionada que son 1. 542, los cuales son puentes que están en perfectas condiciones', indicó Caicedo.