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Los condenados fueron hallados responsables de homicidio, desaparición forzada, desplazamiento, reclutamiento y violencia basada en género, 'en patrones de criminalidad sistemáticos, generalizados y repetidos', indicó el ente acusador en un comunicado.

'Las cinco conductas identificadas hicieron parte de una directriz establecida para ganar violentamente territorio sin importar el nivel de afectación a la población civil, especialmente mujeres, afrocolombianos e indígenas de la comunidad Emberá Dobidá', agregó.

La sentencia fue emitida por un tribunal de la ciudad de Medellín bajo el sistema Justicia y Paz, creado por el gobierno de Álvaro Uribe (2002-10) en el marco del proceso de desmovilización de las milicias de ultraderecha en 2006.

Justicia y Paz otorga a los paramilitares penas máximas de ocho años a cambio de que confiesen sus crímenes, algunos de lesa humanidad. También penas alternativas para los desmovilizados que acepten su responsabilidad y aporten información sobre sus delitos.

El fallo ordenó la reparación económica y simbólica por parte de los exparamilitares a las 6.069 víctimas y los obligó a participar en actividades simbólicas para resarcir a los afectados.

Además, los sentenciados deberán cumplir 'con actos públicos de reconocimiento de culpa y arrepentimiento, en los que solicitarán perdón a las víctimas y se comprometerán a no incurrir nuevamente en conductas punibles como las que protagonizaron'. 

Los excombatientes pertenecieron al bloque Elmer Cárdenas de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Los actos criminales por los que fueron procesados fueron cometidos en los departamentos de Antioquia, Cundinamarca, Chocó, Boyacá, Santander y Córdoba.

Entre los sentenciados está el jefe de ese bloque, Fredy Rendón Herrera, conocido como El Alemán, también condenado por el secuestro de la exsenadora Piedad Córdoba en mayo de 1999.

Colombia vive un conflicto armado que durante medio siglo ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes estatales y narcotraficantes, con saldo de ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.

El gobierno de Juan Manuel Santos firmó a finales de 2016 un acuerdo de paz que desarmó y transformó en partido político a las FARC, la otrora guerrilla comunista más poderosa de América.

Además, Santos negocia la paz con el ELN, reconocido como el último grupo rebelde del país.