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La semana que terminó volvió a poner de referente la crisis de la caída del puente de Chirajara, el cual iba a permitir que el tiempo de desplazamiento entre Bogotá y Villavicencio se redujera de manera sustancial.

El cierre que ordenó por dos días el gobierno evidenció que la otra torre que quedó en pie podría estar en riesgo de caer, obra que está bajo la concesión de Coviandes, compañía que ha guardado un silencio prudencial sobre lo que pasó, así exista una presión del gobierno para que tumbe ese torre que quedó.

Sin embargo Coviandes construyó ese puente en conjunto con otras empresas a las cuales subcontrató a través de Gisaico, una empresa del sector que tiene amplia experiencia en este tipo de obras.

Camilo Torres es el primero de los empresarios que habla, asegura que en su labor no está la razón para que se cayera el puente, asegura que usó material de buena calidad de acuerdo a lo pedido por el diseño y sostiene que hoy es víctima de algunas presiones.