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Desde las 8 de la mañana llegó a la Corte Suprema de Justicia, fuertemente escoltado en una camioneta del CTI y protegido con casco y chaleco, el exfiscal anticorrupción, Luis Gustavo Moreno, para declarar en el marco de los procesos que lleva el alto tribunal contra los aforados constitucionales del 'cartel de la toga'.

Los investigados son, por ahora, el senador barranquillero Álvaro Ashton, del Partido Liberal; el cordobés Musa Besaile, de La U; la cordobesa Arleth Casado, liberal; Hernán Andrade, conservador; Argenis Velásquez, liberal; Nilton Córdoba; Ciro Rodríguez y el exsenador cordobés, Julio Manzur, conservador, entre otros.

Moreno ha venido revelando las supuestas entregas de dinero de los congresistas para verse aparentemente favorecidos en los respectivos procesos que llevaban en su contra en el máximo tribunal de la justicia ordinaria, a través de la presunta participación de los magistrados y exmagistrados Francisco Ricaurte, Leonidas Bustos y Gustavo Malo.

Algunos de los togados y aforados presuntamente implicados, por su parte, han dicho que Moreno miente para verse favorecido con prebendas jurídicas en el marco de la negociación que pactó con la Fiscalía General de la Nación.

Entre tanto, Moreno, quien ha denunciado amenazas y agresiones de supuestos enviados que le ordenaron que guardara silencio, es testigo clave de los procesos en el ente acusador, la Corte Suprema y la Comisión de Acusaciones de la Cámara.

El exfiscal anticorrupción, paradójicamente implicado en uno de los más sonados casos de corrupción de los últimos meses, espera ser extraditado a los Estados Unidos, donde fue sorprendido recibiendo dineros del exgobernador de Córdoba y también testigo de varias decenas de casos de corrupción, Alejandro Lyons Muskus.