En su informe anual sobre drogas ilícitas en Estados Unidos y el mundo, la DEA pronosticó que el negocio de la cocaína, fundamentalmente en lo que tiene que ver con la venta y consumo, que 'aumentó entre 2015 y 2016', seguirá creciendo 'a corto plazo' por los 'niveles elevados de cultivo de cocaína y producción potencial pura en Colombia'.
Agrega al respecto el documento que los Estados Unidos 'pueden esperar ver niveles crecientes de oferta y consumo por lo menos hasta el 2018. En la medida que los cultivos de coca y la producción se incrementan en Colombia, se verá un incremento en el número de muertos, en el número de iniciados por primera vez, decomisos y positivos en los sitios de trabajo'.
El panorama que plantea la DEA parece ir en contravía de los cálculos que hace el Gobierno Nacional al imponerse la meta de erradicar este 2017 al menos 100 mil hectáreas de coca. El Ejecutivo había reportado con corte a mediados de septiembre que el avance iba por 37 mil hectáreas: 31 mil por las Fuerzas Armadas y 6 mil por sustitución. Cada día se erradican en promedio, asegura Bogotá, de 150 a 160 hectáreas, con lo que a noviembre se espera que se llegue a las 50 mil hectáreas de coca.
La agencia antidrogas norteamericana indica que en 2015 hubo 1,9 millones de consumidores de cocaína mayores de 12 años, lo que significa un 'aumento significativo' frente a los 1,5 millones registrados en 2014. Por lo que, observa: 'esto marca un cambio respecto a la tendencia anterior, de niveles más bajos en las estimaciones de usuarios entre 2009 y 2013'.
Y en 2016, se lee, los cultivos ilícitos de coca en en el país subieron a 188 mil hectáreas, lo que se traduce en una producción potencial de cocaína de 710 toneladas métricas.
Explica en este aparte la DEA que aunque 'las implicaciones a largo plazo del proceso de paz' en lo que tiene que ver con el negocio de la cocaína son 'inciertas', advierte que los cultivos seguirán creciendo en lo que resta del presente año, 'debido en parte al auge en los beneficios para los agricultores', a que el Gobierno mermó la erradicación en las zonas de la guerrilla y a que no se sabe aún si las Farc están desligadas del todo del asunto de la producción.
Por ello ve la DEA que cocaína de Colombia sigue siendo una 'amenaza' para Estados Unidos, y vuelve a relacionar la agencia el tráfico de drogas en Colombia con varias 'bacrim', en particular por el Clan del Golfo liderado por Dairo Antonio Úsuga, alias 'Otoniel, así como por las Farc, de la que dice: 'es probable que algunos excombatientes de las Farc continúen participando en el tráfico de drogas y otras actividades delictivas'.
E identifican a los guerrilleros Fabián Ramírez, Joaquín Gómez y Mauricio Jaramillo, alias 'El Médico', como los principales narcotraficantes de las Farc.
También pone de presente la agencia en su informe que las muertes por sobredosis de esta droga están creciendo en los Estados Unidos, referido a que además del aumento de la oferta, la pureza cada vez es mayor en la fabricación.
Devuelve el reporte la situación actual a las cifras que se daban en 2007, antes de que empezaran a bajar los cultivos y la producción de coca en el país, hasta que volvieron a repuntar desde 2013.
No obstante, se lee que aunque las organizaciones criminales colombianas siguen impactando en el narcotráfico en Estados Unidos, aunque a un nivel menor en que lo hacían en las décadas de 1980 y 1990, cuando los cárteles de Medellín, Cali y Norte del Valle dominaban el mercado como hoy lo hacen los mexicanos.
Y concluye el documento: 'la mayoría de la cocaína que los carteles mexicanos introducen en Estados Unidos es de origen colombiano'.