La plaza de toros La Macarena fue el lugar escogido para que el papa Francisco se despidiera de tierra antioqueña. Pasadas las 5:00 p.m. el Sumo Pontífice terminó su último discurso dirigido a más de doce mil feligreses que asistieron al acto religioso.
Con mucho fervor, el Jefe del Vaticano pidió a los miembros de la Iglesia católica que se abstengan de lucrarse y beneficiarse materialmente con su ejercicio religioso.
'No podemos aprovecharnos de nuestra condición religiosa y de la bondad de nuestro pueblo para ser servidos y obtener beneficios materiales', expresó.
Además, en medio de un discurso emotivo, rindió tributo en memoria de los jóvenes que han perdido la vida a causa de las mafias de las drogas.
'Medellín me trae ese recuerdo. Tenemos que cuidar a nuestros niños y jóvenes y evitar que caigan en este flagelo, que ya muchas víctimas ha dejado', manifestó Francisco antes de abordar el papa móvil que lo conduciría al aeropuerto José María Córdoba de Rionegro, para retornar a Bogotá en donde descansó en la Nunciatura Apostólica durante su cuarta noche en Colombia.
El recibimiento
A su llegada a Medellín, el papa Francisco fue recibido por las autoridades locales con poncho, carriel y sombrero.
Luego de que las condiciones climáticas obligaran a Francisco a trasladarse por tierra desde Rionegro hasta la terminal aérea de la capital de Antioquia, el gobernador Luis Pérez le entregó una carta a nombre de los campesinos colombianos.
A su turno, el alcalde Federico Gutiérrez le entregó un tradicional sobrero aguadeño acompañado de un poncho y un carriel jericoano.
Al término de los saludos protocolarios el papa Francisco se subió al papamóvil, en donde se trasladó hasta el altar en donde ofició una misa ante más de un millón de personas.
Misa campal
Eran las 11:19 a.m. cuando el sumo pontífice comenzó con su intervención en la homilía de la Eucaristía.
Durante su discurso el Papa continuó con su mensaje de paz ante los colombianos que asistieron al encuentro.
'He venido hasta aquí justamente para confirmarlos en la fe y en la esperanza del Evangelio: manténganse firmes y libres en Cristo', manifestó Francisco.