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En medio de una inusual audiencia de imputación de cargos, a pesar de que el exfiscal barranquillero Luis Gustavo Moreno se allanó a los cargos, el magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, Fernando Pareja, decidió no avalar la aceptación de cargos debido a que, inicialmente, el exfiscal había denunciado que se declaraba culpable a raíz de supuestas amenazas de captura que había recibido su esposa.

El togado dijo que no podía avalar el allanamiento porque 'creo que la manifestación de aceptación de los delitos no fue libre ni consciente, al decir sentirse presionado por la amenaza de una orden de captura contra su esposa'.

Minutos antes, Moreno había aceptado los cargos de concusión y utilización indebida de información oficial privilegiada, pero había asegurado que, al revés de lo que había dicho el ente acusador, era el exgobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, quien lo presionaba para que lo favoreciera en la veintena de investigaciones por corrupción que tiene el exmandatario en su contra.

'Nunca exigí dinero a Lyons, aunque aceptaré concusión.

Él ofreció dinero a través de su compinche (Leonardo Luis) Pinilla. Es un cohecho y no una concusión', aseguró el exfiscal, y agregó que 'Lyons quiso hacer un debate en el Congreso por intermedio de su prima (representante Sara Piedrahíta, La U), me presionaba con eso'.

Añadió Moreno que el ente de investigación penal, al que pertenecía hace pocos días, ha presionado a su esposa con una orden de captura: 'voy a aceptar cargos por la presión en contra de mi esposa. Un fiscal, Daniel, pavonea una orden de captura. Ella no tiene parte en esto'.

'Acepto cargos porque me he sentido presionado con mi esposa, y recibí 3 mil dólares, no 10 mil', aseguró, y advirtió que le ofreció pruebas de videos, conversaciones y guasaps a la Fiscalía sobre la supuesta presión de Lyons, pero aseveró que el ente investigador no aceptó el material.

Además, dijo que sus abogados en los Estados Unidos, donde está solicitado en extradición, 'ven esta imputación como una cosa de mala fe frente a la extradición. (...) Acepto cargos no para frenar la extradición, como ha pasado en algunos casos. Quiero ir a los Estados Unidos'.

Al final pidió perdón: 'pido perdón, pido excusas. Con mi libertad, con el sufrimiento de mi familia, de mi hija, respondo por mis conductas'.

Y sugirió que la Fiscalía fue quien 'cuadró' su captura en el país norteamericano: 'solo le recibí a Lyons una suma de dinero producto del acechamiento con la colaboración, incluso de la Fiscalía que cuadró el viaje a los Estados Unidos'.

Por último, dejó una idea inconclusa ante el Tribunal: 'yo informé de la reunión, pero será en el escenario de la Corte Suprema' (sic).

Por su parte, el fiscal sexto delegado ante la Corte Suprema, Fabio Espitia, negó que hubo 'afirmaciones emocionales y ligeras' de parte de Moreno, 'sobre la pretendida existencia de amenazas' y negó que el exfiscal hubiera entregado chats o pruebas sobre las aparentes presiones de Lyons.

A su vez, Francisco Bernate, defensor de Moreno, admitió que su cliente no le había manifestado nada de lo denunciado en la audiencia y negó que hubiera conocido de presuntas amenazas, incluyendo la de un pretendido debate en el Congreso para ayudar a Lyons.

Finalmente, dijo que el exfiscal ya no se vería beneficiado a una rebaja del 50 por ciento de la pena, como hubiera ocurrido de haberse allanado en la imputación, sino que ahora recibirá una rebaja del 30 por ciento. Es decir, ya no pagaría seis sino ocho años de cárcel.