La jueza 35 de conocimiento de Bogotá condenó este miércoles a Rafael Uribe Noguera a 51,8 años de cárcel y a una multa de 71 millones de pesos por el secuestro, violación y feminicidio de la pequeña Yuliana Samboní, de tan solo 7 años de edad, en hechos ocurridos el pasado 4 de diciembre al norte de la capital.
La Fiscalía y las víctimas apelaron el monto de la pena, mientras que el padre de la víctima, Juvencio Samboní, pidió 60 años de cárcel, y una veintena de manifestantes apostados a las afueras de Paloquemao gritaron consignas a favor de la cadena perpetua contra violadores y asesinos de niños.
En su lectura de fallo por los delitos de feminicidio agravado, acceso carnal violento agravado contra menor de 14 años y secuestro simple agravado, la togada señaló: 'A una niña de tan solo 7 años de edad se le privó de su libertad, se le instrumentalizó, cosificó y luego su cuerpo se desechó'.
Agregó frente al papel de Uribe Noguera que 'el procesado exaltó su líbido con la ingesta de estupefacientes, analizó y escogió las circunstancias de su crimen, buscó hasta encontrar una menor de edad aprovechándose de una escasa respuesta institucional. Era un escenario bajo su control, se aprovechó de su ingenuidad, el procesado falseó las primeras informaciones y pretendió encubrirse'.
Acerca de la naturaleza de su sentencia, consideró la jueza que 'una sociedad que contempla un estado de derecho no puede permitir que se produzcan sucesos como el ocurrido contra Yuliana, la sanción debe reflejar el profundo repudio de toda una sociedad. La sanción debe reflejar el deber de la judicatura sobre que el ejercicio de sus jueces no debe administrar venganza sino justicia'.
Desestimó además la administradora de justicia las argucias de Uribe Noguera tras el atroz crimen: 'Este despacho no está de acuerdo con lo que dice Rafael Uribe Noguera acerca de que no estaba en sí en el momento del crimen. La conducta de Uribe fue absolutamente clara y coordinada, estaba consciente de sus actos, y luego ocultó el crimen. Después, en el examen médico, mostró Rafael Uribe Noguera estar confuso y dijo no recordar lo ocurrido. Sin embargo, minutos antes de llegar a la clínica, Rafael le relató a su hermano, Francisco Uribe, todo lo que había sucedido'.
Se extendió además la jueza en el concepto del feminicidio perpetrado contra la niña: 'El de Yuliana fue un feminicidio, como siempre que antecede la violencia sexual al asesinato de una mujer. Yuliana hacía parte de una familia indígena, agobiada por la escasez económica, desarraigada, ingenua. Era la más débil entre las débiles. La violencia contra la mujer en Colombia obedece a los rezagos de una sociedad profundamente machista. Y, en general, la violencia contra la mujer constituye una manifestación de ejercicios de poder desiguales históricamente arraigados'.