El 2016 será recordado en Colombia como el año en que se firmó la paz con las Farc tras 52 años de conflicto armado. Para lograrlo se requirió de un proceso largo y difícil, que en muchos momentos estuvo a punto de caerse, pero que avanzó, entre muchos otros factores, gracias al compromiso y convicción, algunos dirían que obsesión, del presidente Juan Manuel Santos por llevarlo a buen puerto.
La paz significa para el presidente la gran apuesta de su Gobierno, el propósito al que invirtió todo su capital político y la seguridad de hacerse con su lugar en la historia, tanto nacional como mundial. Por eso, por la perseverancia que lo caracterizó para lograr su propósito, se hizo merecedor de un Premio Nobel de Paz y ser el personaje del año.
Pero el 2016 no fue un año fácil para Santos, a pesar de los logros conseguidos gracias al proceso de paz, los aplausos de la comunidad internacional y el respeto que se ha ganado de las Farc, su contraparte, el presidente cierra un año con los peores índices de aceptación desde su reelección.
Además, tuvo que enfrentar la peor derrota de su carrera política, el fracaso del plebiscito por la paz en el que el ‘No’ se impuso en las urnas y que echó al traste el primer acuerdo de paz que firmó en este año.
Ese acuerdo se rubricó el 26 de septiembre en Cartagena, en medio de un amplio acompañamiento de presidentes latinoamericanos y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y que tuvo como hechos memorables una perdida de perdón público de Rodrigo Londoño, ‘Timochenko’, comandante en jefe de las Farc, a nombre de su organización para todas las víctimas del conflicto.
Ese día en la Heroica Santos dijo confiado ante el país: 'Cesó la horrible noche', solo para ver como una semana después los colombianos rechazaban un acuerdo que tomó 4 años de negociación en La Habana para que pudiera ver la luz.
Pero Santos perseveró y el mismo día en que se conoció el resultado del plebiscito manifestó decidido: 'No me rendiré, seguiré buscando la paz hasta el último minuto de mi mandato'.
Esa persistencia fue determinante para abrir el 'diálogo nacional' con los sectores del ‘No’, en medio del cual tuvo su primer encuentro en seis años con el máximo contradictor de su Gobierno, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Y también lo fue para que el Comité del Nobel anunciara en Oslo (Noruega) que el premio a la Paz era suyo.