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El ex jefe paramilitar Edwar Cobos Téllez, alias Diego Vecino, recuperó la libertad este jueves luego de permanecer en prisión un poco más de 10 años, se informó oficialmente.

La oficina de prensa del estatal Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario informó por teléfono a The Associated Press que salió a primera hora del jueves de La Picota, una cárcel ubicada al sur de Bogotá.

De 47 años, 'Diego Vecino' fue excomandante Operativo del bloque Montes de María de las AUC, que operó en la costa Caribe y al que se acusó de centenares de crímenes como matanzas, secuestros, desapariciones, torturas, desplazamiento de campesinos y narcotráfico.

El hombre se sometió a las autoridades en julio de 2005 en el marco de la Ley de Justicia y Paz, que garantizaba a los integrantes de grupos paramilitares el pago de un máximo de ocho años de prisión a cambio de que confesaran todos sus delitos, indemnizaran a sus víctimas y se comprometieran a no delinquir más.

En mayo pasado quedó libre el primer importante ex cabecilla paramilitar: Rodrigo Pérez Alzate, alias de Julián Bolívar. Después, a finales de julio, ocurriría lo mismo con Freddy Rendón Herrera, alias 'El Alemán'.

Muchos otros ex jefes paramilitares han pedido la libertad con el argumento de que ya estuvieron en la cárcel ocho años, pero en casi todos los casos las autoridades judiciales les han respondido que aún no cumplen todos los requisitos para obtenerla.

Uno de ellos fue Jorge Iván Laverde, alias 'el Iguano', quien en su momento le confesó a la AP haber estado detrás de unos 3.000 homicidios en el noreste colombiano. Incluso construyó hornos crematorios para deshacerse de los cadáveres de sus víctimas.

La mayoría de los grandes capos del paramilitarismo fueron extraditados a Estados Unidos en mayo de 2008 bajo cargos de narcotráfico.

La Fiscalía calcula que al menos 156.000 personas fueron asesinadas por los paramilitares entre 1980 y 2004.

En su mayoría, los grupos paramilitares nacieron de una alianza entre agricultores, ganaderos, traficantes de drogas y militares corruptos para enfrentar los secuestros, extorsiones y asesinatos de las guerrillas.

Cifras oficiales dan cuenta de que entre 2003 y 2006 unos 30.000 paramilitares dejaron las armas durante el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010).