Al menos 110 indígenas Wounaan de la comunidad El Papayo, en la región del Pacífico, se vieron obligados a dejar sus tierras 'por la presencia de actores armados, presuntamente miembros de las Farc', denunció este viernes la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
El organismo señaló en un comunicado que las causas de este desplazamiento forzado serían 'el riesgo de reclutamiento' de su población joven y el 'temor a desarrollar actividades de sustento diarias como pesca y agricultura'.
Las familias afectadas, que residían en una zona rural del litoral del río San Juan, en el selvático departamento del Chocó, en el oeste del país, tuvieron que emigrar a la ciudad de Buenaventura, en el Valle del Cauca.
Un primer grupo llegó el pasado 10 de junio compuesto por 14 familias con un total de 53 personas, entre los que había 32 menores de edad; mientras que el segundo se desplazó a Buenaventura seis días después con 22 familias más.
'La población afectada se encuentra en estos momentos en casas de amigos y familiares en varios barrios del casco urbano de Buenaventura', recoge el comunicado.
Las autoridades entregaron ayuda alimentaria para un mes al primer grupo mientras que, según la OCHA, las otras 22 familias aún no han recibido ningún tipo de asistencia humanitaria.
A la espera de una evaluación y verificación de lo sucedido, los más de 100 indígenas Wounaan no volverán a sus hogares, si se mantiene la situación de riesgo, agregó la información.
Este organismo de la ONU calcula que todavía permanecen 77 familias más en El Papayo, por lo que no se descarta que se desplacen también a Buenaventura debido a las dificultades que presenta la zona.
Colombia sumó 137.000 desplazados internos más en 2014 y se sitúa, con más de 6 millones, como el segundo país del mundo con mayor número de población en esta situación dentro de sus fronteras, después de Siria, con 7,6 millones, según el informe anual del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).