Hoy se cumplen dos años desde que se instaló, en La Habana, le mesa de negociación para el fin del conflicto entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc.
Pero en lugar de evocar esta fecha con algún tipo de anuncio optimista sobre el proceso de paz, la negociación atraviesa por una etapa de crisis, tal vez la peor desde 2012, a causa del secuestro del general del Ejército Rubén Darío Alzate Mora, el capitán Jorge Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego, coordinadora de Proyectos Especiales de Ejército.
En este tiempo, las partes han logrado acuerdos parciales en tres de los cinco puntos de la agenda que guía el proceso, referidos a la propiedad de la tierra y el desarrollo rural integral, la participación política de la guerrilla y los cultivos ilícitos.
Sin embargo, queda pendiente lo más difícil: cerrar el capítulo de cómo resarcir a las víctimas e iniciar el delicado debate sobre el fin de las hostilidades y el desarme definitivo de la guerrilla, además de algunos puntos específicos de los primeros tres temas, como las circunscripciones especiales de paz en el Congreso.
Sobre el cese definitivo del conflicto ya se han planteado propuestas, a través de la creación de una subcomisión militar con miembros de ambas partes que, en paralelo a la mesa de negociación, adelanta discusiones al respecto.
A lo largo del proceso, este no ha sido la única crisis que se ha registrado, pero si la más profunda y polémica.
En concreto, es la segunda ocasión en la que los diálogos se 'pausan'. La primera vez ocurrió en agosto del año pasado, cuando el Gobierno radicó en el Congreso el proyecto que permite realizar un referendo para avalar los acuerdos el mismo día de unas elecciones. En ese momento las Farc decidieron tomar una 'pausa' para estudiar la 'decisión unilateral' y el presidente ordenó a sus negociadores regresar a Colombia. Días después las partes retomaron el diálogo.
Otra crisis fuerte en la negociación de fin del conflicto se registró en agosto de este año cuando, luego de varios atentados contra la población civil, el presidente advirtió a las Farc que 'el proceso puede terminar'. En ese momento, los guerrilleros respondieron que esas son las consecuencias de que el proceso 'se haga en medio del conflicto'. PSP