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El juez único penal del Circuito Especializado de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, Remo Areiza Taylor, condenó en primera instancia por homicidio y tortura a cinco expolicías que le echaron un ácido que se fue 'comiendo vivo' a Julio Herrera Cabrera.

El fallo de 52 páginas, proferido el pasado 30 de mayo y conocido en exclusiva por EL HERALDO, ordena que el cartagenero Javier Alberto Quintero Rivero y Ariel Fabián Gómez Parrado paguen 16 años de cárcel por homicidio preterintencional agravado y que el marialabajense Adel Eduardo Castro Rodríguez, el tierraltero Alveiro José Bolívar Jiménez y el cartagenero Elkin Barbosa Miranda cumplan una condena de 11 años de prisión por tortura agravada.

Todos los expolicías se encuentran detenidos, excepto Castro Rodríguez, contra quien el despacho dispone librar orden de captura inmediata.

Se lee en la sentencia que el mecánico sanandresano víctima 'efectivamente fue lesionado dentro del Comando de Policía por quienes tenían que velar por su vida y su integridad'.

Los hechos se presentaron el 24 de diciembre de 2006, a las 11 p.m., en San Andrés, cuando los policías arrestaron a Herrera en su taller por su problemático estado de embriaguez. Del Comando de Policía de la isla, pocas horas después, el mecánico fue trasladado al Hospital Timothy Britton, con una quemadura por ácido, pero enseguida fue devuelto, malherido y de forma inexplicable, a la sede policial.

Una vez liberado Herrera, su familia lo llevó a una cita médica en la IPS Cajasai, donde establecieron que la quemadura era de tercer grado y que había que hospitalizarlo de inmediato. La víctima tenía fiebre, dolor, no comía, le cambió el color, se le desprendieron los pulmones y se ahogaba. Fue trasladado entonces al Hospital Universitario de Barranquilla el 30 de diciembre y murió allí el 8 de enero de 2007. El acta de levantamiento del cadáver concluye que 'falleció en un estado de falla orgánica multisistémica a consecuencia del estado séptico originado por la quemadura grado III'.

La Fiscalía 33 de Derechos Humanos de Barranquilla, por asignación especial del fiscal general, en la acusación, indicó que 'la autoría de la quemadura se le atribuye a los aquí sindicados; es decir, que la muerte fue causada de manera directa por los hechos atribuidos a los mismos. (…) Realmente Herrera, antes de ser capturado, no presentaba quemadura ni golpe alguno (…), por lo que podemos afirmar que fue torturado y lesionado cuando se encontraba bajo custodia'.

La víctima era padre de una niña que entonces tan solo tenía cuatro años de edad.