Compartir:

Un país que no ve por sus compositores, está ciego. Y ciegas, según lo manifestado a este diario por Ivo Díaz -el hijo del recientemente desaparecido Leandro Díaz- están la Corte Constitucional y la Presidencia al no dejar que, como lo pretendía un proyecto de ley de 2009 -que el mismo Leandro apoyó-, la Nación pudiera expropiarles la obra del legendario juglar a las disqueras que actualmente se llevan la gran tajada de sus regalías por derechos de autor.

La Corte, en un fallo del pasado 6 de noviembre, halló 'fundadas' las objeciones de la Presidencia al proyecto de ley 39 de 2009 del Senado y 306 de 2010 de la Cámara, de autoría del senador Jorge Guevara, que pretendía homenajear al maestro y que también ordenaba que los derechos patrimoniales de su obra pasaran a manos de la Nación previa 'indemnización' por una 'suma justa' al compositor.

Según el alto tribunal, con ponencia del magistrado Jorge Palacio, 'la expropiación administrativa de la obra del maestro no está fundada en motivos de utilidad pública o de interés social que justifiquen la afectación de la propiedad de los derechos patrimoniales de autor'.

El proyecto de ley que critica la Presidencia contiene nueve artículos que ordenan la publicación de toda su obra musical y su biografía, la construcción de dos esculturas del juglar en Valledupar y Bogotá, la realización de un gran documental sobre su vida y obra y la declaración de sus canciones como Patrimonio Cultural de la Nación.

El sexto y séptimo artículo, objetados por el Ejecutivo, rezan: 'el Ministerio de Cultura expropiará la obra musical del maestro Leandro Díaz a quien tenga los derechos de autor de las mismas' y 'autorícese al Ministerio de Cultura para, previo concepto pericial, entregar al maestro la suma justa como indemnización por el valor de sus obras'.

La Corte declarara entonces inexequibles los artículos 6 y 7, advierte que la obra del maestro 'no se encuentra en peligro y su acceso al público no está limitado' y considera que 'por el contrario, es admisible entender que las demás obras del proyecto de ley, en las que se establece la ejecución de una recopilación de su música (…), así como la elaboración de una escultura y un documental, contribuirán a dar un impulso a su difusión'.

Coinciden finalmente la Constitucional con la Presidencia en que con el proyecto 'se presenta el doble pago', ya que 'estipula, de un lado, el desembolso de una indemnización para los propietarios de los derechos patrimoniales de autor de la obra musical de Leandro Díaz; y de otro, la indemnización previo concepto pericial a favor del maestro', y advierte que 'la entrega de dineros no atiende ningún parámetro constitucional (…), aunque la norma contenga una finalidad altruista o benéfica, al no reunirse la totalidad de los requisitos que justifiquen el pago, el mismo resulta contrario a la (…) Constitución'.

'Leandro vivía de sus amigos'. Ivo Díaz dijo en diálogo con EL HERALDO que le resulta 'muy lastimoso' el fallo de la Corte, 'porque fue el querer de Leandro Díaz en vida que su obra fuera reconocida a nivel institucional y era de su intención que los niños colombianos supieran de su existencia, que nació sin vista y que vivió muchas dificultades para lograr que el pueblo escuchara su obra'.

El compositor de La Diosa Coronada, una de cuyas frases constituye el epígrafe de El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez, 'recibía muy poco de sus obras, el apetito comercial de las disqueras lo llevaba a vivir de sus amigos, como Juancho Polo, Luis Enrique (Martínez) o Alejo (Durán)', y sentenció que 'la legislación colombiana no le permite a los autores poder vivir de su creación'.

Explicó el también cantante y compositor, y quien fuera desde siempre 'los ojos' de su padre, que el grueso del dinero que produce la obra de Leandro Díaz se queda en 'muchas editoras: las disqueras en sus inicios montaron unas editoras y buscaban al autor, el cual en el afán de que se escucharan sus canciones, firmaba unos contratos leoninos' que le entregaban la obra a la editora hasta por 80 años después de su muerte, 'lo que le quita las posibilidades a los herederos'.

Advierte, además, que por esta razón, 'muchos de los nuevos compositores de la llamada ‘nueva ola’ reciben mucha más plata que, por ejemplo, José Barros, Esthercita Forero, Emiliano Zuleta, Rafael Escalona o Leandro Díaz', y asegura que, por regalías, a su padre le llegaban 2 millones de pesos semestrales, es decir, ni un salario mínimo mensual.

Al respecto, el senador Guevara le dijo a EL HERALDO que el proyecto de ley perseguía en efecto 'que la Nación se hiciera a los derechos de autor de Leandro Díaz, y que la Nación tasara el valor de esos derechos y se los reconociera'. El maestro o su familia hubieran podido recibir 'mal contabilizados, unos $5.000 millones, y con eso Leandro o su familia hubieran podido vivir más dignamente'.