Venezuela aseguró este jueves que su producción de petróleo y gas “se mantiene”, pese a la decisión de Estados Unidos de poner fin a las licencias otorgadas a empresas extranjeras para operar en el país caribeño, entre ellas, la norteamericana Chevron y la española Repsol.
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“A esta hora, la producción petrolera y de gas de Venezuela se mantiene y en proceso de recuperación con esfuerzo propio, que es el camino que debe guiarnos, no hay otro camino”, dijo la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, ante la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), controlada por el chavismo.
La producción de crudo venezolano superó el pasado enero por primera vez, desde junio de 2019, el millón de barriles por día (bpd), y en febrero hubo un leve descenso del 0,5 %, hasta 1.025.000 bpd, según cifras oficiales recogidas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La también ministra de Hidrocarburos reiteró que “todas las transnacionales de petróleo y gas son bienvenidas a trabajar en Venezuela”, país que, agregó, tomará las acciones que sean necesarias en pro de la “estabilidad macroeconómica”, frente a las “perturbaciones” y la que consideró una “escalada violenta contra toda la humanidad” por parte de EE. UU.
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Rodríguez presentó en el Legislativo un decreto de estado de emergencia económica firmado el martes por Nicolás Maduro -que juró para un tercer mandato tras su cuestionada reelección- con el fin de “defender” al país frente a la guerra comercial y otras medidas de EE. UU., como la imposición de aranceles del 25 % a los compradores de petróleo o gas venezolano.
El decreto, aprobado por la AN, permite a Maduro “dictar regulaciones excepcionales y transitorias para estabilizar la economía, suspender la aplicación y cobro de tributos, (...) establecer mecanismos para combatir la evasión fiscal y favorecer la producción nacional”, entre otras medidas.
El documento aprobado señala que se trata de una “respuesta inmediata y contundente al impacto de la guerra comercial global iniciada por el Gobierno supremacista” de EE.UU., que impuso aranceles del 15 % a Venezuela.