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El médico Colin Campbell Yrigoyen, vecino del barrio cerrado donde falleció Diego Armando Maradona, dijo que cuando acudió a reanimarlo, el astro argentino no tenía signos vitales desde hacía “una o dos horas” e indicó también que no había indicó también que no había ambulancias en la puerta del domicilio. en la puerta del domicilio.

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Campbell Irigoyen dio este testimonio ante el tribunal que juzga a siete imputados por la muerte de Maradona.

“Le tomé los signos vitales y estaba muy frío. Por mi experiencia y mis conocimientos como médico puedo decir que hacía ya un tiempo que estaba así”, dijo, para precisar después: “una o dos horas”.

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También aportó un mensaje recibido a través del grupo de Whatsapp de vecinos para informar de la presencia del célebre futbolista en el barrio, en el que se precisaba: “El Sr Maradona estará acompañado por sus hijas y familiares, así como de personal médico (una ambulancia permanecerá estacionada en el lote).”

Ante una pregunta del fiscal, el médico sostuvo que solo vio estacionada la ambulancia los dos primeros días de la estancia de Maradona en ese lugar, donde recibía asistencia médica a domicilio y donde permaneció entre el 12 y el 25 de noviembre de 2020.

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Los acontecimientos

A las 12:26 hora local (15:26 GMT) del 25 de noviembre de 2020, el médico vecino fue convocado al domicilio por un guardia de seguridad del barrio cerrado, ante el aviso de que Maradona se encontraba descompensado.

Según su declaración, en la entrada se encontró con dos personas: “el psicólogo” Carlos Díaz, uno de los imputados, y un chofer.

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Al ingresar a la habitación vio a la enfermera Gisela Dahiana Madrid, quien será juzgada en otro juicio por jurados, haciéndole masajes cardíacos, a un custodio practicando respiración boca a boca y a la psiquiatra Agustina Cosachov (también acusada) sentada a los pies de la cama.

El testigo preguntó cuánto tiempo llevaba el paciente en tal estado y le respondieron que Maradona se había levantado a desayunar y después había vuelto a su habitación.

Campbell Irigoyen, quien le realizó masajes cardíacos a Maradona, declaró que no había “nada, absolutamente” de aparatología médica en el domicilio, ni “la limpieza básica para tener a una persona recién operada”.

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También fueron sometidos a indagatoria el médico Juan Carlos Pinto, que acudió después en una ambulancia de la empresa +Vida, y Cristian Méndez (entonces director de Policía Científica), el personal policial Valeria Stingo y Guadalupe Guillen, y Juan Alberto Soto, encargado de la guardia del barrio el día de la muerte de Maradona.

Los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.

Son juzgados en este proceso el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicoanalista Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.