Un colombiano de 34 años, detenido en Rumanía hace medio año, será juzgado bajo la acusación de haber urdido planes de sabotaje orquestados por Rusia, confirmó a EFE este sábado el portavoz de la Policía rumana Octavian Dan.
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“El hombre de 34 años está detenido y sus hechos tenían el potencial de poner en peligro la seguridad nacional al generar una situación de particular riesgo para objetivos industriales ubicados en el distrito de Ilfov (cerca de Bucarest)”, dijo el portavoz.
Dan se refirió así al ciudadano colombiano Luis Alfonso Murillos Dios, quien habría llegado a Rumanía a finales de julio.
Tras una larga investigación, el servicio de inteligencia rumano, SRI, informó de una supuesta operación de sabotaje atribuida al Kremlin, asegurando que ha logrado evitar su materialización identificando a quien supuestamente iba a ser el atacante.
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En cooperación con otros servicios de inteligencia europeos, fue posible “localizar rápidamente al ciudadano colombiano Luis Alfonso Murillo Dios, que llegó a Rumanía a fines de julio de 2024 con el propósito de cometer un sabotaje”, señala el informe del SRI, publicado en su web.
Según el SRI, los datos recabados en la investigación revelan la afiliación de Murillos a una extensa red de saboteadores en países europeos, controlada a través de intermediarios por los servicios secretos rusos.
El ciudadano del país sudamericano fue detenido el 30 de julio de 2024, cuando “estaba investigando a fondo el área cercana a un almacén de reciclaje ubicado cerca de una serie de sitios que podrían equipararse a infraestructuras críticas (pozos de petróleo, gasoductos o antenas de telecomunicaciones)”, añade.
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Instigado por un ciudadano ruso, el hombre habría recibido por teléfono fotografías e indicaciones explícitas de los objetivos supuestamente iba a incendiar o hacer volar.
El caso del colombiano ha sido llevado a los tribunales por cargos de delitos contra la seguridad nacional.
Según las autoridades rumanas, este modo de operación forma parte del arsenal de técnicas híbridas que utiliza Moscú, sobre todo en países de la OTAN, como lo es Rumanía, una nación balcánica con más de 600 kilómetros de frontera con Ucrania.
