El crimen de Francisco Correa Galeano, considerado “cerebro” en el asesinato del fiscal Pecci, abrió un nuevo capítulo en el caso que ya completa casi tres años. Todo parece indicar que su colaboración con la justicia colombiana le habría costado la vida mientras permanecía en la celda en la que se encontraba recluido en La Picota.
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Para la madre del fallecido fiscal, el crimen de Correa Galeano le genera sentimientos encontrados y es que, por un lado, dice, Maricel Albertini, le alegra que el señalado articulador del crimen haya muerto de la misma forma que su hijo, sin embargo, su fe católica dice todo lo contrario.
“Por un lado estoy feliz de que (Correa) haya muerto de la misma forma que mató a mi hijo, pero como católica no es lo que la Iglesia pregona”, dijo la mujer en entrevista con el medio paraguayo ABC Cardinal.
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Buscando una rebaja en su pena, el presidiario asesinado decidió colaborar con la Fiscalía General de la Nación para dar detalles sobre quiénes estarían detrás del crimen del fiscal que movía los casos más grandes de narcotráfico en su país.
La información aportada lo convirtió en “testigo clave” en el sonado caso judicial que involucra a Colombia pues fue en Cartagena donde se fraguó el homicidio cuando el mencionado fiscal y su esposa disfrutaban de las playas en Isla de Barú.
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Sobre esto fue indagada la madre de Pecci quien dijo que con la muerte de Correa no se desvanecen las esperanzas de encontrar al o los autores intelectuales del asesinato que conmocionó al Paraguay y Colombia.
“Los Pérez Hoyos y la Margareth también saben”, sostuvo Albertini en referencia a los hermanos Ramón Emilio y Andrés Felipe, condenados a 25 años y 6 meses de prisión por ser los financiadores y estructuradores del crimen. Además, se refiere a Margareth Chacón otra de las condenadas a 39 años de prisión por ser parte de la red criminal y por saber pormenores de la logística del homicidio, según dijo el fiscal que dictó su sentencia.
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En ese sentido, afirmó que el desenlace fatal de Correa es “un mensaje para todos lo que saben”, es decir, el resto de implicados en el caso. “Yo creo que Correa no midió (las consecuencias), gracias a Dios, porque gracias a lo que él habló se le pudo tomar al resto”, agregó.
“Ahora faltan los mandantes”, finalizó.
