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Madonna Badillo abrió durante muchos años las puertas de su casa en Maicao a los migrantes Lgbti que llegaban a ese municipio fronterizo del país. Esta mujer trans, perteneciente a la etnia wayuu, ofrecía su hogar a desconocidos que venían decididos a sortear cualquier tipo de adversidad a cambio de su libertad.

Madonna no tenía grandes bienes o riquezas, pero confería a quien lo necesitara una 'zona segura' en uno de los municipios con mayores índices de violencia contra personas trans en el país.

'Cuando ellos vienen a Maicao trato de ofrecerles un lugar porque esta no es una ciudad donde van a tenerlo fácil. Aquí hay violencia, discriminación y odio hacia personas como nosotros. Les digo que es una realidad, que tienen que estar preparados porque la vida siendo trans en esta ciudad es muy dura', dijo Madonna en una entrevista con EL HERALDO realizada en 2018.

Por décadas, esta mujer implementó —a veces con sus propios recursos— campañas para la erradicación de las violencias contra personas trans, tocó puertas para que se le suministraran tratamientos con retrovirales a miembros de la comunidad con VIH y le hizo frente a la indiferencia estatal en una época en la que no existía el reconocimiento de los derechos hacia personas Lgbti.

Madonna, considerada la primera mujer trans en salir del clóset en Maicao, falleció en diciembre de 2019 tras librar una lucha contra el cáncer. Su trabajo y el de otras activistas LBT como Tatiana González y Bessy Ferrera cuenta historias de fuerza y reivindicación desde sus diferentes realidades.

Las violencias, la censura y la discriminación que buscaron transgredir en sus entornos está presente en la cotidianidad de muchas mujeres con identidad de género y orientación sexual diversa. Así lo recoge el informe ‘Enterezas en movimiento’, que tiene como objetivo mejorar la respuesta a casos de violencia por prejuicios en mujeres lesbianas, bisexuales y trans, y en el que se abordaron situaciones que viven estas mujeres en Honduras, República Dominicana, Nicaragua y Colombia, ubicándolas en situaciones de vulnerabilidad.

El pasado jueves, a través de Facebook Live, la Corporación Caribe Afirmativo en conversación con Silvia Tostado, presidenta de la Fundación Triángulo, de Extremadura; Ludwika Vega, de ANIT, Nicaragua; Rossana Marzan, directora de Diversidad Dominicana, de República Dominicana, entre otras organizaciones, y Víctor Madrigal-Borloz, experto independiente sobre orientación sexual e identidad de género de las Naciones Unidas, fueron divulgados los resultados de este proyecto que tiene el objetivo de analizar el acceso a la justicia y las violencias que viven mujeres LBT de estos países.

‘Enterezas’

Madrigal-Borloz resalta que el término enterezas evoca la resistencia de experiencias de vida reales de muchas mujeres.

Señala que todo trabajo realizado 'para entender las realidades de vida de mujeres lesbianas, trans y género diversas tiene que ser visto desde la interseccionalidad', desde 'el entendimiento de que toda mujer reúne en sí una serie de identidades y que la orientación sexual e identidad de género es un punto de entrada al análisis de esa compleja realidad'.

'Una de las preocupaciones que he manifestado constantemente es la flaqueza, lo exiguo del acervo probatorio en lo que se refiere a violencias contra mujeres bisexuales, trans y lesbianas. Esta creencia refleja estructuras sociales y prioridades contras las que luchamos y debemos asegurarnos de cambiar'.

Para Madrigal-Borloz, 'existe una relación inextricable (muy intrincado y confuso)' entre el sexo asignado al nacer y el rol impuesto por la sociedad, que en estos casos lo que crea es una 'negación de la libertad'.

'Es condenarlas a roles sociales en los que sin excepción las ubica en situaciones de inferioridad. Sabemos muy bien que las mujeres que transgreden este orden son víctimas de sanción, de estigma, discriminación y violencia. Las mujeres tienen la aspiración de ser agentes y rectoras de su propio destino'.

Para Carolina Gómez, coordinadora del proyecto ‘Enterezas’, de la Corporación Caribe Afirmativo, hay una realidad común que atraviesa a las mujeres lesbianas, bisexuales y trans de Nicaragua, Honduras República Dominicana y Colombia, y es que, a pesar de las particularidades de cada contexto, 'todos los espacios de la vida en los que se desenvuelven están rodeados de prejuicios'.

'Estos prejuicios hacia la orientación sexual e identidad de género son disparadores de violencia. Hay una violencia muy particular que se ejerce sobre ellas que denominamos violencia por prejuicios que no afecta a las mujeres heterosexuales y que por tanto tiene que analizarse desde las categorías de los estudios de género, pero además con las categorías de interseccionalidad, comprendiendo bien de qué se trata la diversidad sexual y de género', explica.

Exclusión social

El estudio evidencia que las mujeres trans son las más marginalizadas debido a que viven mayor exclusión tanto familiar como social e institucional.

'Su visibilidad que es mayor provoca reacciones a nivel social o cultural y por tanto la violencia de alguna manera se exacerba en contra de ellas. Quieren inferiorizarlas, posicionarlas en el lugar que indica su genitalidad, pero también hay otras violencias que tienen que ver con la limpieza social, con la eliminación de sus cuerpos, la eliminación en otros casos de esa carga diversa. Muchas veces son vistas como hombres vestidos de mujeres o como hombres que controvierten el mandato de masculinidad', dice Gómez.

Explica que en lo jurídico y normativo hay un mayor desarrollo jurisprudencial en Colombia con respecto a los demás países del estudio. Le sigue Honduras, República Dominicana y por último Nicaragua, no obstante, esas normas 'son percibidas por las mujeres LBT como papel', pues 'no representan garantías que mejoren sus condiciones de vida'.

'Los intentos por combatir la discriminación, los prejuicios y la violencia de género son generalmente fracasos en todos los países, pues los índices de violencia no disminuyen, los feminicidios son exagerados al igual que las agresiones y las amenazas. Honduras y Colombia son los países más violentos con cifras alarmantes de violencia basada en género'.

El ataque a la alcaldesa Claudia López

Uno de los ataques homofóbicos a los que se refiere el informe ‘Enterezas’ lo sufrió este sábado la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

En la presentación de los avances de algunas políticas de movilidad como la implementación de la ciclorruta por la carrera Séptima, la mandataria, quién ha expresado públicamente ser lesbiana y se casó con la senadora Angélica Lozano, recibió varios improperios por parte de un ciudadano que se encontraba en el lugar.

'En el nombre de Cristo Jesús te reconvengo, estás enseñando cosas irrespetuosas, si te quieres volver homosexual hazlo tú, pero no le enseñes a nuestros hijos', dijo el hombre.

Las imágenes quedaron registradas en video y generaron el rechazo de decenas de usuarios en las redes sociales.

En su cuenta de Twitter, la propia alcaldesa escribió: 'Agradezco desde el fondo del corazón tantas expresiones de solidaridad y cariño. La igualdad y el respeto nos enaltecen a todos'.