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Johana Bahamón dice que cree en las segundas oportunidades. Su voz, pausada y algo aguda, suena hoy con menos prisa que hace ocho años atrás cuando se movía entre las cámaras y los flashes de la televisión colombiana.

Esta mujer rubia, de ojos claros, con el prototipo de belleza que seduce los ojos y las pantallas, decidió hacer a un lado su prometedora carrera como actriz para darle un giro de 180 grados a su vida. 

En la cúspide de su profesión, recién casada, y con una gran popularidad, encontró a sus 30 años su verdadera 'libertad' en el trabajo social.

'La cárcel me liberó. Me liberó de prejuicios, me liberó de estigmatizaciones, me liberó de miedos', publicó en su cuenta de Instagram la vallecaucana que decidió renunciar a la actuación por su misión con la población carcelaria del país.

'A veces, los que estamos afuera, libres físicamente, estamos mucho más encarcelados mentalmente que quienes pagan una condena', dijo Johana, la exactriz que encontró en las personas privadas de la libertad su misión de vida y su propia segunda oportunidad. Una para redimirse de las superficialides y reencontrarse con la compasión, el respeto y el amor por los demás.

El pasado jueves fue nombrada Mujer Cafam 2020, en la edición 32 de estos galardones que distinguen la labor social de mujeres que, a través de sus acciones, logran transformar sus territorios.

A continuación, apartes de la entrevista.