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De acuerdo con el informe ‘Planeta Vivo 2020’, publicado por la WWF, América Latina presentan el mayor declive en poblaciones de mamíferos, aves, anfibios, reptiles y peces, entre 1970 y 2016.

Según el reporte, la reducción que presenta Latinoamérica es del 94%. El mismo informe revela además que la mayor causa de pérdida de biodiversidad va relacionada con el cambio del uso del suelo con un 51.2%.

El informe revela que los principales causantes son la agricultura insostenible, la infraestructura, el crecimiento urbano, la producción de energía y la minería.

Cabe resaltar que este estudio está basado en el Índice del Planeta Vivo (IPV) que mide la abundancia de cerca de 21 mil poblaciones de diferentes especies.

Este año el IPV incluye casi 400 especies adicionales y 4.870 poblaciones más que el último informe que se publicó en 2018.

El informe revela que el motor más relevante de la pérdida de biodiversidad en los sistemas terrestres es el cambio de uso del suelo y la conversión de hábitats a sistemas agrícolas.

En el caso de los ecosistemas el informe advierte que la sobrepesca ha incidido en dicha disminución.

'La conclusión es clara: la naturaleza está siendo transformada y destruida a una velocidad sin precedentes en la historia, con un costo muy alto para el bienestar del planeta y de la humanidad. La pérdida de biodiversidad es un auténtico reto para la economía, el desarrollo y la seguridad global', indicó Roberto Troya, Director Regional de WWF para América Latina y el Caribe.

Gran parte de la disminución general del Índice Planeta Vivo de América Latina y el Caribe se encontró en las tendencias negativas de reptiles, anfibios y peces, grupos que se ven afectados por una variedad de amenazas.

Para los reptiles, éstas incluyen el cambio de uso de suelo y la sobreexplotación. Los peces de agua dulce son los más afectados por la sobreexplotación y la fragmentación del hábitat debido al desarrollo de la energía hidroeléctrica, que se prevé represente un desafío aún mayor en el futuro. En tanto, para los anfibios, las enfermedades y la pérdida de hábitat son las mayores amenazas.

Para los hábitats de agua dulce, la fragmentación de ríos y arroyos, así como la extracción de agua son amenazas comunes. En este sentido, el reporte también destaca la relevancia del suelo como un componente crucial del entorno natural, cuyo papel vital para la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los que dependemos suele subestimarse.

'Se advierte que sin la biodiversidad del suelo los ecosistemas terrestres pueden colapsar, pues hasta el 90% de los organismos vivos de estos ecosistemas, pasan parte de su ciclo de vida en estos hábitats', alerta el informe.

Luis Germán Naranjo, Director de Conservación y Gobernanza de WWF Colombia expresó que 'además de la producción de alimentos, la biodiversidad del suelo proporciona una amplia gama de funciones y servicios de los ecosistemas, incluida la retención y purificación del agua, el ciclo de los nutrientes, la degradación de algunos contaminantes y la regulación de los gases de efecto invernadero, así como el mantenimiento de plantas y animales'.

El Informe previene que la pérdida de biodiversidad amenaza también la seguridad alimentaria por lo que urgen acciones para transformar nuestro sistema alimentario mundial. El gran reto consiste en modificar las prácticas agrícolas y pesqueras, buena parte de éstas insostenibles, en unas que produzcan la comida nutritiva que requerimos y protejan y conserven la biodiversidad.