La diversidad biológica del Caribe se encuentra en peligro. Así lo advierte Adela Patricia Castro, secretaria ejecutiva del Sistema Regional de Áreas Protegidas del Caribe (Sirap).
El impacto de la actividad humana ha sido uno de los mayores causantes para que el bosque seco tropical, ecosistema predominante del Caribe, se encuentre fragmentado en un 88%, lo que pone en riesgo el 80% de todo el entorno. 'Si nosotros no empezamos a trabajar en recuperar la estructura ecológica, perderemos la biodiversidad', así de sencillo y elemental.
El Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humbolt registra que Colombia pasó de contar con 9 millones de hectáreas de bosque seco tropical, que en su gran mayoría estaban en el Caribe, a menos de un millón. En la actualidad solo el 6,4% pertenece a zonas protegidas.
Un reporte elaborado por Joe García, biólogo de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA), indica que 'la ganadería extensiva, la agricultura tecnificada y la obtención de madera han transformado la mayoría de las antiguas áreas de bosques secos en pastizales'. El también especialista en Análisis de Gestión Ambiental, reconoce que las especies en el Caribe y el Atlántico pueden verse en riego ante cualquier alteración de sus ecosistemas ya que podrían manifestar 'muy poca o nula capacidad de adaptación'.
En el Atlántico, según García, se pueden identificar 265 especies de aves, 50 de mamíferos, 66 de reptiles, 27 de anfibios y 61 de peces.
García explica que actualmente no existe una caracterización detallada de la fauna y flora en el departamento. 'La información que se encuentra es deficiente; por eso solo se conoce información preliminar acerca de la presencia de algunas familias de especies de fauna y flora'.
De la fauna indica que se ha visto mermada en términos de abundancia debido al aumento de la frontera agrícola y ganadera. A esto también se suma, además, la caza de forma indiscriminada para la comercialización ilegal.
Diversidad Caribe
Es bien conocido que el Caribe cuenta con especies endémicas como el tití cabeciblanco (que se encuentra en peligro crítico), pero en esta región también se pueden encontrar aves como el saltarín lanceolado, que es propia del bosque seco tropical; la guacharaca caribeña, que es endémica de Colombia y solo se encuentra en el Caribe, en el valle del Río Cauca; y la marmosa guajira en el departamento fronterizo.
Castro explica que es importante fijar la atención a los bosques inundables. Apunta que una especie de árboles fundamentales como los zápales están a punto de desaparecer. Estas plantas tienen la capacidad de sobrevivir bajo agua por 9 meses sin podrirse y son 'elementales en el equilibrio del ecosistema', se halla en las regiones del Sinú y San Jorge.
Los especialistas recomiendan que para conservar la estructura ecológica es fundamental preservar las zonas que quedan y luego generar corredores de biodiversidad. Esto con el fin de conectar los 'parches' de bosque seco que hay en la región y permitir la movilidad de las especies. Esta conexión ayudará, según la secretaria ejecutiva del Sistema Regional de Áreas Protegidas (Sirap), a que también haya un enlace con otros ecosistemas y se dé un equilibrio natural.
Este 22 de mayo, en medio de este panorama desolador, porque no hay otra palabra, se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica.
'A medida que invadimos la naturaleza y saqueamos hábitats vitales, el número de especies en peligro es cada vez mayor. Eso afecta también a la humanidad, y al futuro que queremos', sentenció António Guterres, secretario General de las Naciones Unidas.
Sin biodiversidad, atentando contra la Madre Tierra, más virus seguirán apareciendo, quizás peores que la COVID-19. Por eso es tan importante el llamado de Guterres y de expertos en el mundo: hay 'que aplanar y reducir la curva' de devastación si queremos seguir como especie en este planeta.