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Atar a una mascota puede generar consecuencias que afectan desde su bienestar físico hasta el emocional.

Esta mala práctica, como explica la directora de la Sociedad Protectora de Animales en Barranquilla, Luz Stella Ordóñez, es considerada como crueldad animal y puede dejar unas marcas imborrables en el animal de compañía.

El médico veterinario y zootecnista, Oskar Ahumada, explica que desde el momento en que se ata al animal para que no se vaya, se empieza a generar el problema.

En el caso de los perros, según el especialista, las consecuencias dependen del tipo de raza.

'El comportamiento irá dictaminado a la raza. Cabe recordar que hay razas que tienden a ser más agresivas que otras y esto conllevará a respuestas diferentes', ilustra el veterinario.

El experto, al igual que Ordóñez, expresa que este tipo de acciones en contra de perros y gatos es considerado como maltrato animal.

'Estamos hablando de animales que son libres desde que nacen hasta sus últimos días. Un animal atado puede sufrir varias consecuencias comportamentales y estas nos llevarán a afecciones físicas y multiorgánicas que deterioran su salud al 100%', afirma.

De acuerdo con Ahumada, cuando se habla de las afecciones en el comportamiento, si se tiene amarrado a un perro cuya raza tiene tendencia a la territorialidad, esta acción lo que hace es intensificar dicho instinto.

'Tenemos, por ejemplo, el caso de un perro de raza pitbull que es bastante territorial y con tendencia a un temperamento imponente y más agresivo. Al tenerlo atado se alimenta su incapacidad de poder demostrar su naturaleza y le estamos enseñando a que debe cuidar su área, es decir, la zona donde está amarrado, y esto va a provocar que cuando una persona pase por esa zona el animal se torne agresivo', ilustra.

En el caso de los animales pequeños, de acuerdo con el zootecnista, se genera decaimiento, tristeza, apartamiento, depresión y agresividad. Los perros de esta categoría tienden a hacer sus necesidades en la misma zona por lo que puede haber afecciones de salud.

'Cuando un animal está amarrado desde pequeño y empieza a crecer su cadena se empieza a encoger y esto genera lesiones físicas y comportamentales, porque el solo hecho de moverse le duele. Este dolor genera agresividad o decaimiento, entonces deja de comer, se enferma, se generan infecciones en la piel, etc', afirma.

El veterinario explica que las infecciones se dan porque los animales hacen las necesidades fisiológicas en el mismo espacio.

'Pueden sufrir parasitosis, enfermedades gastrointestinales, infecciones respiratorias, problemas de piel, problemas en las patas, enfermedades oculares por causa de la humedad', puntualiza.

El experto indica que no se puede culpar al perro por su naturaleza. De hecho, explica que el solo tener a un perro limitado en su espacio, como por ejemplo, solo dejar que se movilice en el patio de la casa, le puede generar agresividad. Este comportamiento se explica porque el animal de compañía solo se acostumbra a ver los mismos rostros y cuando percibe a alguien diferente lo identifica como una amenaza.

'He tenido consultas con perros puggle, que son lo más cariñoso del planeta, pero cuando vienen a consulta son muy agresivos porque solo les permiten estar en el patio y no conocen a más nadie que no sea sus dueños. A veces ni siquiera saben lo que es un carro o el olor de otro perro. Esto también es catalogado como maltrato animal. No solo amarrarlos sino limitarlos solo vivir en un patio y extralimitados'.

 Ahumada reitera que no importa de qué tamaño sea el perro, el tenerlo atado se considera como maltrato animal.

'El perro demanda cierto espacio y tiempo, y los cuidadores deben prestarle especial atención porque si el animal no encuentra eso se estresa y cambia su comportamiento' puntualiza.