Científicos de la Universidad del Magdalena fueron artífices de un logro que representa una alternativa de subsistencia para las comunidades pesqueras, al lograr la reproducción en laboratorio y hasta su etapa larvaria, de la mojarra rayada.
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El hecho marca un antes y un después en la investigación marina y la acuicultura artesanal del país.
La especie objeto de la exploración y cuyo nombre científico es Eugerres Plumieri, es una de las más representativas de la pesquería en la Ciénaga Grande de Santa Marta y de otros ecosistemas acuáticos de la región Caribe.
El trabajo estuvo a cargo del Grupo de Investigación Biodiversidad y Ecología Aplicada GIBEA, de la Universidad del Magdalena, liderado por la bióloga marina, Natalia Villamizar. También forman parte del equipo la ingeniera Sara Cruz Botto, estudiante del doctorado de Ciencias del Mar; el técnico en acuicultura del Sena, Arnaldo Ortíz, y un grupo de semilleristas estudiantes de la Casa de Estudios Superiores.
El proyecto titulado ‘Aspectos biológicos, estado de conservación y oportunidades para la acuicultura de la mojarra rayada y el róbalo en la Ciénaga Grande de Santa Marta’ tiene el apoyo de la Vicerrectoría de Investigación y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Protocolo de cría

Natalia Villamizar, decana de la facultad de Ciencias Básicas de la alma máter, explicó que la investigación se emprende ante el descenso poblacional de la mojarra rayada, debido a la sobrepesca y a la escasez del bivalvo, es decir, de su principal alimento.
Comentó que a través de múltiples ensayos y a prueba de errores, se logró obtener el resultado inédito, siguiendo las pautas que establece el método científico.
“Con este avance tenemos la certeza de empezar a construir un protocolo de cría de la especie, e ir salvando diferentes obstáculos que se presentan en las fases de su cultivo”, precisó.
Explicó que la mojarra rayada es una especie que se ha ido recuperando, sin embargo, “el hombre no ha intervenido en este proceso al no existir planes de manejo ni uso sostenible del recurso pesquero, por tanto sigue siendo sobreexplotada”.
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Proceso de reproducción
Los ensayos científicos se llevaron a cabo en el laboratorio especializado en acuicultura ubicados en la Granja Experimental de la Unimagdalena, donde lograron replicar con éxito las condiciones ambientales para el desarrollo de los alevinos.
El éxito se ha visto reflejado en el monitoreo, análisis del comportamiento de los peces y principalmente el trabajo en equipo.
“Es una especie que tolera amplios rangos de factores ambientales como son la salinidad, la temperatura y el oxígeno; además presenta una buena adaptación al cautiverio bajo diferentes sistemas (tanques, estanques, encierros)”, manifestó Arnaldo Ortíz, técnico en acuicultura del Sena.
La posibilidad de cultivar a esta especie representaría múltiples beneficios, entre los que se destaca: una alternativa de subsistencia para las comunidades locales, una disminución de la presión pesquera sobre las poblaciones naturales y un avance tecnológico para el país.
La capacidad de reproducir especies marinas en laboratorio también permite obtener más información sobre su ciclo de vida, sus necesidades ambientales y su genética, trabajo que promueven los investigadores de la Universidad del Magdalena en aras de seguir contribuyendo a la generación de conocimiento e impactar positivamente en el territorio.