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Un edificio que hasta hace poco fue símbolo del poder de las mafias del mundo del narcotráfico en Santa Marta, es hoy un espacio para el descanso, el aprendizaje y el crecimiento de indígenas que estudian en la Universidad del Magdalena.

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El inmueble, de 4 pisos, ubicado en el barrio La Bolivariana, al oriente de la ciudad, fue incautado por el Gobierno Nacional y después de una batalla legal fue finalmente entregado en un comodato de 5 años, por parte de la Sociedad de Activos Especiales, SAE, a la institución educativa.

Reconocimiento y reparación

En un emotivo acto presidido por el viceministro de educación Ricardo Moreno Patiño y el rector de la alma máter, Pablo Vera Salazar, fue inaugurada la remodelada edificación, que a partir de este momento se identifica con el rótulo de ‘Residencia Estudiantil Ancestral’.

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Mamos, líderes indígenas y estudiantes de las comunidades que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta recibieron de los oferentes las llaves del edificio y coincidieron en que “es un testimonio del poder de la educación para transformar vidas y cambiar la historia”.

“Es un espacio de encuentro de los indígenas, incluidos en un sistema educativo, que no solo los reconoce, sino que los valora”, dijo el rector Pablo Vera Salazar.

Agregó que “es un sueño cumplido” y agradeció al gobierno del presidente Gustavo Petro por “dignificar la universidad pública”.

A su turno el vicemineducación, Ricardo Moreno Patiño, manifestó que “es un acto de reconocimiento y reparación con nuestros ancestros”.

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La líder arhuaca Margarita Villafaña comentó que “es la consolidación de una lucha de hace mucho tiempo para lograr el acceso a la educación y tener una mejor comunicación con la sociedad mayoritaria”.

Lo que contiene

El inmueble que ha sido acondicionado como residencia para estudiantes indígenas de la Institución, se diseñó para proporcionar condiciones óptimas de habitabilidad y un entorno seguro y culturalmente pertinente, garantizando que los estudiantes puedan desarrollarse académica y personalmente en un ambiente que valora y respeta la diversidad cultural y étnica.

Con capacidad para 33 personas, cuenta con una infraestructura de 425 m² distribuidos en cuatro pisos, que incluye cocina general, comedor, sala de estudio, baños, patio y área de labores. Además, 17 habitaciones generales, un apartamento independiente con 2 habitaciones, balcón y patio, cocina, sala-comedor.

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Tiene acceso a internet WiFi, sistema de respaldo eléctrico y un purificador de agua para garantizar el acceso al vital elemento.

Este proyecto se enmarca en el Plan de Desarrollo ‘Unimagdalena comprometida 2020 - 2030′.