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Dos turistas estadounidenses pasaron de la felicidad a la desesperación en un abrir y cerrar de ojos. 

Mientras se encontraban disfrutando del encanto en la orilla de la playa de Sisiguaca, un atractivo balneario que se encuentra muy próximo a Taganga, desconocidos se aprovecharon de un descuido para apoderarse de sus pertenencias, dejándolos sin identificación y a la intemperie en un espacio desconocido para ellos.