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Durante la audiencia de imputación de cargos, la jueza primera penal municipal con funciones de control de garantías, Olmis Cotes, parafraseó el relato que durante la tarde de este jueves le narró Enrique Vives en la clínica psiquiátrica Fusam. En la jornada hubo presencia de la Fiscalía, la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo.

'Iba por el carril izquierdo de la vía que es doble calzada y me sale un grupo de muchachos que no vi', leyó la jueza.

Según lo leído por la togada, Vives, tras el accidente, se bajó para 'ayudar a una muchacha', pero 'habitantes del sector le dieron puños'. Posteriomente, miembros de la Policía lo separaron de la manos furiosas de la comunidad.

Por otro lado, la jueza Olmis Cotes aseguró que el resultado de la valoración médica de Medicina Legal le permite a Vives permanecer recluido y dirigirse a las citaciones médicas en el centro privado al que se le convoque.

'El examinado puede recibir tratamiento, es decir, que estando en reclusión formal asista a los controles programados en cualquier centro particular para psiquiatría', informó la juez.

Durante su relato, Vives manifestó que horas antes se encontraba en un cumpleaños, donde ingirió 'dos o tres cervezas'.

'No venía alcoholizado, estaba en un cumpleaños. Luego paso por Bavaria, me tomé unas fotos y me fui', contó el empresario.

Sobre el momento del accidente, Vives recuerda que 'estuvo lloviendo y todo eso. Cogí mi carretera como todos los días de la vida lo hago. Trabajo en Riascos y vivo en Pozos Colorados. De repente me sale un grupo de muchachos y no los vi. La vía no está iluminada', asegiró.

Enrique Vives manifestó que tras el hecho no logra conciliar el suyeño y que a su esposa, que está embarazada, se le adelantó el parto a raíz del estrés.

'Fue un accidente que ninguno de los afectados quería que sucediera. Yo en mi corazón siento que soy inocente, que oro mucho por la familia de los muchachos desaparecidos y que trataé de hacer lo mejor posible para que eññps se dediquen este tiempo a Dios', dijo.

Molestia

El traslado de Enrique Rafael Vives Caballero de la clínica Perfect Body a un centro de atención psiquiátrica provocó ayer la indignación y el rechazo de familiares y amigos de las víctimas de la tragedia vial en Gaira, quienes protestaron en Santa Marta, con plantones y caravanas motorizadas.

El reclamo se fundamentó en el hecho de que el responsable del siniestro salió de la clínica sin autorización de la juez del caso, y sin que la fiscalía estuviere enterada de ello.

Además, se puso en entredicho la idoneidad de la Policía, al supuestamente contribuir con el traslado del detenido al centro de salud mental de razón social Fusam, ubicado en la calle 26 con carrera 4, en el centro de la capital del Magdalena.