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Emocionados, los familiares de los heridos del incendio del carro cisterna de Tasajera, internados en la clínica Reina Catalina, de Baranoa, vivieron el fin de semana la primera gran alegría, en medio de las angustiosas horas que pasan, esperando de los médicos noticias de cómo marcha su evolución. '¡Por fin hemos escuchado sus voces!', dijeron entre lágrimas de felicidad.

Y no era para menos, pues desde su reclusión en dicho centro asistencial, las voces de los hijos y esposos se habían apagado, por eso la incertidumbre era total y la intranquilidad más agobiante.

'Haberlos oídos ha sido para nosotras una gran motivación porque hemos sentido que están fuertes y con ganas de vivir', manifestaron.

Agradecieron este gesto del cual fue partícipe el gobernador del Magdalena Carlos Caicedo, a quien las familias les expresaron su reconocimiento por la solidaridad mostrada 'no solo en esta emergencia, también con la pandemia'. 'Usted ha estado presente cuando más lo hemos necesitado', le dijeron.

En términos generales los pacientes les manifestaron a sus seres queridos que no debían preocuparse, porque 'nos estamos recuperando', pero igualmente por algo que consideraron muy importante, 'porque estamos de la mano con Dios'.

Manuel Franco le dijo a su esposa Jeniffer Gutiérrez que está bien y que 'yo estoy haciendo lo mío que Dios hace lo de él'.

Elias Ariza, le mandó a decir a su mamá Lay Rodríguez, que se está recuperando, pero le hizo una inesperada petición: 'Tráiganme un jugo de mora con bastante leche Klim'. Agregó que 'los médicos están dedicados a nosotros… pronto nos veremos'.

Harvy Correa le hizo saber a su madre Nancy Niebles que le quitaron la sonda. 'Ahora sí puedo comer', indicó. Este paciente llegó a la clínica intubado, con respirador artificial.

Richard Gutiérrez le dijo a su esposa Estelfi Fernández que se cuidara y que igualmente cuidara al niño, además de preguntarle cómo estaban sus otros hijos. 'Cuídate que yo estoy bien, pronto nos vemos', expresó.

Los familiares de estos heridos expresaron que luego de escuchar sus voces, lo que queda pendiente 'son los abrazos y los besos'.