El cementerio San Miguel de Santa Marta fue escenario de un hecho insólito, en donde la intolerancia estuvo de presente. Por $70 mil familiares de un difunto se enfrascaron en una pelea dejando el féretro en el piso.
El caso fue repudiado por la iglesia y por personas ajenas al funeral y que en ese momento visitaban a sus familiares fallecidos. También mereció el rechazo de amigos del difunto que lo acompañaron a su última y morada, sin imaginar lo que ina a suceder.
El sepelio se desarrollaba normalmente. El féretro fue ingresado al camposanto directamente hacia la bóveda.
En ese instante uno de los familiares reclamó el por qué no entró a la iglesia para la eucaristia. Fue allí donde se armó la de 'troya'. 'Vulgaridades iban y venian, madrazos y hasta amenazas', dijo un testig.
Lo increíble fue que mientras peleaban, el cajón fue tirado en el pasillo.
'¡Déjenlo que descanse en paz... no sean tan ...', interpeló alguien en medio del intercambio de oprobios.