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Calcado o como si la ‘película’ se repitiera, hoy como hace un año,  los cultivadores  de mango de Ciénaga, Magdalena, tienen que botar la fruta (en su mayoría del tipo azúcar) ante la sobreproducción y falta de mercado para comercializarla, pero también por el colapso de los precios en el interior del país.

Las orillas de los caminos veredales  parece que estuvieran forrados por un tapete amarillo de tanto mango desechado, mientras que en las fincas es común observar montañas del producto a merced del sol y el agua.

La crisis es quizás más grave a la del año anterior, debido a que los cultivadores de mago de Ciénaga lo son también de limón, pero este último cultivo desapareció ante el ataque de HLB, bacteria que es trasmitida por un insecto vector.

'Somos aproximadamente 5 mil los productores de mango y limón que estamos atravesando esta crisis',  dijo Fidel Arévalo, directivo de Asofrucol, seccional del Magdalena.

Las fincas establecidas en las regiones de Ciénaga y Sevillano',  en donde confluyen las veredas Colorado, La Mira, Ceibales, La Maya, Primavera y Pantoja, entre otras, son las más afectadas.

La despulpadora

Para el directivo gremial y para todos quienes como él están en el negocio, es triste también ver que cuando el problema está vigente salen soluciones gubernamentales. Es así como desde el año pasado se planteó, por el gobierno seccional,  la creación en Ciénaga de una planta empacadora y procesadora de mango, pero 'se va la cosecha y se enfría el tema'.

Esta despulpadora es con el fin de que el mango que no se pueda exportar se quede en el mercado local y genere  valor agregado.

Fidel Arévalo manifestó que ante la sobreproducción y falta de comercialización de la fruta, las fincas se han visto en la necesidad de reducir personal. 'El mango aporta 6 mil empleos diarios durante la cosecha la cual tiene una duración de más de tres meses, contados a partir de finales de marzo', anotó.

Dicen los campesinos que es  tanta la cantidad de mango que se pierde, que 'ni el ganado  lo quiere consumir porque está hastiado'.

Además, regalarlo sale caro para quien lo reciba, pues sacarlo de las fincas implica pagar un alto valor por el flete.

Mango de azúcar

Un estudio del escritor e historiador Raúl Ospino Rangel señala que el mango es originario del continente asiático, pero por efectos de la polinización muchas variedades se originaron en el Magdalena, como el de azúcar y el de hilaza.

Indicó que este Departamento es el único del país donde se cultiva el mango de Azúcar, 'variedad que presenta solo una época de cosecha y donde los niveles de activación de yemas reproductivas y la formación de fruto es bastante alta'

'Los mejores frutos de esta nativa variedad se consigue en las regiones de Río Sevilla, Sevilla, Ciénaga Grande, Ciénaga, Santa Marta, Sierra Nevada, Bonda y Gaira', explicó.

Destacó que el mango de hilaza o Magdalena River, 'es silvestre y responde a las condiciones agroecológicas de la región del Magdalena: humedad relativa baja y alta luminosidad'.