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Un soldado, de turista en El Rodadero, estuvo a punto de ser linchado por un grupo de vendedores ambulantes (bicicleteros, carperos, silleros y otros), luego que protestara por la terminación anticipada del tiempo en el alquiler de una bicicleta marina.

El militar reclamó que aún le quedaban diez minutos de la media hora que había cancelado por el uso del vehículo, pero el arrendatario manifestó que el tiempo había expirado. La discusión desembocó en agresión mutua, pero al poco rato ya no era una pelea entre dos, sino de varios contra uno.

Al verse en desventaja el visitante no tuvo más que correr para ponerse a salvo, siendo perseguido por una turba. Llegó hasta el hotel Rodadero, adonde ingresó, sin embargo detrás suyo lo hicieron dos de sus agresores, quienes en el interior del establecimiento lo siguieron agrediendo.

Allí intervino personal del hotel evitando que lo dejaran más maltrecho de lo que estaba. Mientras tanto, en las afueras de la edificación cerca de una veintena de vendedores esperaban que saliera para seguirlo golpeando. Ya había recibido patadas y trompadas en la cara y el cuerpo y una herida con cuchillo en una de sus manos.

Rechazo total

El gerente de ProRodadero, Iván Calderón, rechazó esta acción y pidió tolerancia y buen trato para con los turistas, pues no es la primera vez que algo parecido sucede.

'Rechazamos esta clase de acciones que nos están afectando el destino. Ninguno puede tomarse la justicia por sus manos', anotó.

Agregó que 'ya no bastan los abusos, atropellos y excesos en los cobros que se dan en el balneario, ahora es violencia física'. 'Se requiere acciones inmediatas por parte de las autoridades y evitar que se presente un muerto por estos actos de barbarie e intolerancia colectiva', precisó.

Recalcó que 'es reincidente la pésima costumbre de que algunos vendedores ambulantes autorizados, entre ellos carperos, vendedores de cervezas y alquiler de bicicletas marinas, tener actos intolerantes y agresivos contra los turistas que reclaman por los exagerados precios que cobran'.

Antecedentes

Las fuerza vivas del sector coinciden en que todos estos actos vandálicos dañan la imagen del sector y se suma a los problemas transversales de la gran informalidad y falta de control en las playas.

'Anteriormente hubo otras agresiones amparadas por una sirena de alarma; que no sabemos si cuenta o no con la complacencia de la Policía Nacional o de las autoridades del Rodadero', dijo un comerciante del balneario.

Como antecedentes hace tres o cuatro meses otro turista fue agredido por resistirse a pagar una cuenta exagerada de cervezas en la playa. Entonces el carpero lo agredió con una varilla.