A Samir Pérez la cabeza le da vueltas pensando quién pudo haber dado muerte a su pequeña hija de 10 años y por mucho que intenta buscar un responsable no atina a sospechar de nadie. Tapándose la cara con sus manos repite: … '¡por qué, por qué!'.
Ensimismado en su dolor y con la mirada fija hacia el suelo, confesó que no tiene problemas y anotó que 'si es que alguien me quiere hacer daño, la verdad es que no sé por qué, ni quien'.
Relató que como a la una de la madrugada junto con su mujer, salió de la casa con destino a la calle sexta de Gaira para comprar una pizza, pues los niños se habían dormido con hambre. 'Nos demoramos como 40 minutos, cuando regresamos nos encontramos con Paola muerta, en un charco de sangre', comentó.
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