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'Ya habían pasado dos motos, pero no las atracaron porque cada una llevaba dos personas (parrillero) y ellos estaban esperando una, pero solo'. La confesión –consignada en un video- fue de una de los individuos que participó en el crimen del representante de la mesa de víctimas de Pivijay, José Rafael De la Hoz Villa ocurrida el pasado viernes por la noche.

El hombre sin identificar logró hablar poco antes de ser asesinado en el corregimientos Las Canoas, de Pivijay (Magdalena) por una multitud que hizo justicia con sus propias manos.

Esa declaración específica, sumada a la investigación de las autoridades, fueron consideradas claves para concluir que el móvil del homicidio de De La Hoz no fue político ni debido al rol que ejercía como líder social, sino por un atraco.

'Todo indica que el objetivo era robarle la motocicleta', dijo el coronel John Rodríguez comandante de la Policía del Magdalena.

'Han sido circunstancias ajenas a las funciones o a la condición de dirigente de la Mesa de Víctimas', recalcó Luis Miguel Gómez, secretario del Interior del Departamento..

Por estos episodios sangrientos la Policía Nacional desplegó su cuerpo élite de investigación a fin de recaudar toda la evidencia física e información posible para el esclarecimiento de los mismos.

La venganza

Desde el asesinato a machetazos de José De la Hoz Villa un grupo de personas en Las Canoas se dieron a la tarea de buscar por su cuenta a los responsables, por lo que a través de redes sociales y de voz a voz lograron identificar inicialmente a alias ‘Macancán’ como el supuesto autor.

Fue así como a las 10:00 p.m. del domingo recibieron una alerta de que alguien que habría participado en el crimen se encontraba escondido en una casa en el corregimiento de La Estrella, jurisdicción de Chibolo, a tan solo una hora de Las Canoas.

Después de hallarlo, comenzaron los insultos y los golpes. Hubo una intervención de los miembros de la Estación de la Policía, pero la comunidad pudo más que los uniformados y a punta de golpes se lo llevaron a la zona central del corregimiento pivijayero. La Policía intentó rescatarlo pero fue en vano, pues eran muchos.

Al presunto homicida lo sumergieron en un tanque de agua para asfixiarlo, luego lo amarraron con una soga de las manos y grabaron sus últimas palabras antes de matarlo.

Es justamente ahí donde dijo que el objetivo era robarle, pero además que no conocía a los otros dos que participaron en la acción y que, según él, fueron los que habían cometido el crimen.

Cuando le preguntaron por ‘Macancán’, dijo que no lo conocía y acto seguido anotó: 'Creo que son de Pivijay'. Luego fue asesinado a garrotes, piedras y, finalmente, incinerado.

Vicente Guzmán, director seccional de Fiscalías en el Magdalena, aseguró que van a judicializar a aquellas personas que tomaron la justicia por sus propias manos.

'Hay objetos que se utilizaron en la escena del crimen, pero además, estamos trabajando en la identificación de las otras personas, pero sin duda alguna tenemos información importante para esclarecer este atroz hecho', dijo Guzmán.