A las 7:20 pm del lunes la energía eléctrica volvió al barrio Tayrona Alto, en Santa Marta y con ello la felicidad de sus habitantes que penaron ocho noches y nueve días por la falta de este vital servicio ante el daño del transformador.
Los más contentos con la solución al problema fueron los hombres, ‘castigados’ por sus mujeres al decidir –en rebeldía contra Electricaribe– no tener con ellos relaciones sexuales.
La medida, denominada 'huelga de piernas cruzadas', en un comienzo no fue compartida por los varones, pero más tarde, al ver el resultado final, la aplaudieron y festejaron.
'Pasamos una noche deliciosa, incluso hasta con frío porque llovió… las piernas cruzadas quedó como cosa del pasado', dijeron las féminas del barrio.
Lo que los maridos esperan ahora es que sus señoras no vayan a tomar la misma decisión cada vez que haya un problema en cuestión de servicio público, porque, 'si es así toda la vida nos tendríamos que ir en blanco', manifestaron en clara alusión a que en el sector hay otros males que requieren de la atención institucional.
¡Por fin la luz!
Desde las 4:00 pm el anhelado transformador comenzó a ser instalado por operarios de Electricaribe, pero fue hasta la noche cuando la luz volvió a los hogares y con ello la alegría de los hombres, quienes, como el transformador, también estaban ‘cargados de energía’.
En los rostros de los moradores se reflejaba la felicidad y el júbilo por el logro alcanzado no se hizo esperar.
Lesvi Noriega, Clara Hernández (presidenta de la Junta de Acción Comunal), su madre Clara Vásquez, Herminia Perea, Yolanda Muñoz y Kelly Palmar, entre otras activistas del movimiento, les fueron reconocidos sus buenos oficios.
Los hombres les agradecieron a sus mujeres, pero éstas también a ellos porque 'fueron pacientes y muy tolerantes'.
Censo
Luego que la dirigencia comunal del barrio, en cabeza de Clara Hernández, dialogara con la delegada de la empresa operadora del servicio, se llegaron a acuerdos entre las partes.
En primera instancia la comunidad debe entregar el millón de pesos que adeuda, de los 6 millones que debían aportar como factura de consumo, y que permitió la instalación del transformador.
Este dinero faltante los donó el congresista Eduardo Diazgranados Abadía, quien se comunicó con la presidenta de la Junta de Acción Comunal, JAC, luego de leer la nota de EL HERALDO relacionada con la protesta de piernas cruzadas.