En el barrio La Lucha, al sur de Santa Marta, causó admiración y tristeza la velación de Ángel Bustillo en el carro de mula con el que subsistió los últimos veinte años.
El ataúd puesto sobre el vehículo de tracción animal llamó la atención de muchos curiosos porque era la primera vez que observaban esta escena.
No fue su deseo, pero sus familiares quisieron que fuera su eterno compañero, el burro, el que estuviese con él hasta el momento de su partida.
Ángel Mateo Bustillo Gómez tenía 55 años y vivía con sus hijos en este populoso sector.
Su vida siempre transcurrió sobre un carro de mula, haciendo viajes, transportando todo tipo de objetos, desde mudanzas hasta materiales para la construcción. Sus hijos crecieron viéndolo hacer eso y sus vecinos fueron testigos de las largas jornadas sobre la carreta jalada por el burro.
Hasta su casa llegaron muchos de sus amigos, que compartieron la decisión familiar de velarlo de esa manera.
'Ángel amaba mucho lo que hacía, por eso decidimos ubicar el ataúd sobre la carretilla, durante la velación, antes de enterrarlo', expresó ‘Memo’ uno de sus hijos.
La ceremonia se vivió frente a la casa donde residió el humilde hombre quien será recordado entre sus vecinos como 'una persona de bien, servicial y solidaria', tal como lo calificaron algunos allegados. 'Nuestro vecino era un hombre hacendoso y lleno de vida, lastimosamente murió, pero nos deja buenos recuerdos', comentó Alejandra Murillo.
Amante de las rancheras y empedernido por sacar a su familia adelante con lo mucho o poco que se rebuscaba todos los días, Ángel Mateo era oriundo de El Campano, en la Sierra Nevada de Santa Marta.