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Otra evidencia del malestar que existe en esta capital por la escasez de agua potable fue expuesta por los samarios, quizás sin pretenderlo, este martes ante el presidente Juan Manuel Santos, quien en la posesión de la Mincomercio, María Claudia Lacouture, se refirió al fenómeno de El Niño como 'un problema casi superado en la ciudad'.

Como si fuese algo entrenado, los concurrentes al acto, al unísono, exclamaron: 'Nooo, sigue'.

Lo cierto es que una fotografía cotidiana en esta ciudad es la de hombres y mujeres cargando pimpinas con agua, carros de mulas haciendo lo mismo y ‘topos’ humanos que escarban la tierra en busca del tubo madre del acueducto para pegar sus mangueras e impulsar el líquido con motobombas. Si bien los aguaceros de los últimos días, después de una prolongada sequía, han ayudado a mitigar la carencia de agua, no resultan suficientes.

ANGUSTIAS Y SACRIFICIOS. Alexis Daníes es ama de casa y vive en Juan 23, sector del cerro. Ella es el fiel reflejo de las angustias que muchos samarios padecen.

Desde temprano, con motobomba en mano y una manguera enrollada a su hombro, baja la colina hasta llegar a la alberca a un costado de la vía alterna al puerto. 'Es de esta forma que nos podemos abastecer porque por sí sola, es decir por el tubo, no llega nada', comentó.

Señaló que es tan apremiante la situación que a veces la alberca se seca y les toca comprar el galón de agua a $1.000 y acarrearlo hasta las casas, en lo alto del cerro. '¡Esto es un suplicio… es extenuante!', exclamó.

No muy lejos de allí, Daniel Ocampo y Luis Vega se aprovisionaban de agua en el sitio ‘Punto Cinco’, a 2,5 kilómetros de la planta de tratamiento de Mamatoco.

Este lugar es parada obligada de carromuleros y motocarros que llenan las pimpinas con agua para consumo particular o para venderlas en sectores como Pantano, Paraíso, Miguel Pinedo y Tayrona, entre otros.

'Este sitio es un oasis porque es encontrar agua en medio de un desierto', señalaron Ocampo y Vega.

NIVELES ACTUALES. Las cifras evidencian la crisis y muestran que el panorama no es el mejor, pese a que el invierno asoma tímidamente. Los reportes de Metroagua, empresa responsable del servicio, señalan que el nivel en la planta de Mamatoco, en promedio, está en 150 litros por segundo (l/s), cuando lo óptimo es 800 l/s. Solo el río Piedras es el que está aportando agua, pues el Manzanares está seco.

El Rodadero se provee del río Gaira que aporta hoy a la planta de El Roble 250 l/s, cuando su capacidad en condiciones de normalidad es de 450 l/s de agua.

Santa Marta cuenta con 46 pozos que producen 750 l/s de agua y hay en operación 40 carrotanques que suministran el líquido gratuitamente en los barrios. De estos, unos los contrata Metroagua y otros la Unidad para la Gestión del Riesgo.

Además, existen vendedores privados que también la distribuyen en carrotanques y por pedido. Estos se abastecen de 3 pozos particulares, uno en el sector de Ojo de Agua, cerca de Teyuna, y dos más en los barrios Almendros y 20 de Julio.

El jefe de operaciones de Metroagua, Nicanor Vega, dijo que para que Santa Marta tenga un 'estado idóneo' en abastecimiento de agua se requieren 2.500 l/s.

'Metroagua niega información'. El alcalde de Santa Marta ratificó ayer que el contrato con Metroagua no será renovado tras vencerse en abril de 2017, y denunció que la empresa se niega a entregarle la información que requiere para ir estructurando las distintas alternativas que aseguren la prestación del servicio. 'Como lo aseguré hace tres semanas al periódico El HERALDO, Metroagua no irá más', dijo Rafael Martínez. Señaló que ha solicitado la información que 'le pertenece a la ciudad' para el establecimiento de una nueva figura que garantice el servicio, pero no la entregan. 'Lo que he recibido es un trato irrespetuoso, hasta el punto de que me exigen notificarme como cualquier usuario en las oficinas de atención al cliente', anotó. La información que se requiere es comercial, administrativa y la relación de activos. 'No puede ser reservada una información que es un servicio público ni la relación de los bienes que son propiedad del Distrito y, por lo tanto, propiedad de todos los samarios', precisó Martínez.