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La desgracia tocó ayer las puertas de seis humildes familias de Santa Marta luego que sus casas fueran consumidas por el fuego, en un incendio que a las tres de la madrugada se desató a raíz de un cortocircuito. En el percance no hubo víctimas.

Los damnificados del repentino evento son desplazados que ante la urgencia de un techo construyeron su casas rústicamente, utilizando materiales poco resistibles al fuego, como madera, cartón y zinc. La energía la obtenían de manera no formal, con elementos no adecuados para la seguridad.

El sector que escogieron para vivir fue la invasión El Milagro, establecida hace más de 15 años entre Santa Marta y Gaira, a un costado de la línea férrea, en inmediaciones del Sena Agropecuario. Están levantadas en una línea recta, pegadas una de otra. Las hay también en ladrillo, bloque y eternit.

Un censo elaborado por la Junta de Acción Comunal señala que las casas en cenizas fueron las comprendidas entre las número 10 y 15, habitadas por 25 personas, de las cuales 10 son menores de edad, cuatro de ellos pequeños que apenas balbucean. AI