Compartir:

La muerte de Diana Patricia Iguarán Palacio, ocurrida ayer por la tarde en Santa Marta a causa de las complicaciones que le sobrevinieron durante una cirugía estética que se realizaba en un centro especializado del residencial sector del Jardín, tiene consternada a la sociedad samaria.

La joven, nacida en el hogar del empresario guajiro Jesús Iguarán Iguarán y la samaria, Lucy Palacio, decidió practicarse una lipólisis láser, sin que para ello consultara con sus familiares. Por eso la noticia de su deceso sorprendió a sus padres en Maicao.

Al cierre de la noticia no se había entregado un diagnóstico clínico sobre lo que motivó el fallecimiento, pero se dijo que debido a los problemas que presentó su organismo en el proceso quirúrgico, tuvo que ser trasladada de urgencia a una clínica. Allí los esfuerzos de los médicos por salvarle la vida resultaron estériles.

Diana Patricia tenía 22 años y estudiaba ingeniería civil en la Eafit, de Medellín. Vivía el barrio Jardín, cerca del centro de estética a donde acudió para mejorar su figura, y era una muchacha apreciada en los círculos sociales de esta capital.

Su abuelo paterno era uno de los caciques más famosos de la península, el fallecido comerciante Máximo Iguarán. Por esto su muerte no solo enluta a Santa Marta sino a La Guajira y, especialmente, a la etnia wayuu.

Su amistades aún no salen del asombro que les produce la muerte de Diana Patricia. Muchos coinciden en no entender el por qué someterse a una cirugía estética si era una muchacha hermosa.

La noticia del fallecimiento generó también una andanada de mensajes en las redes sociales, en los que además de lamentar lo acaecido, señalaban culpables. AI