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Con una sonrisa de oreja a oreja, Sara Sofía Rivera, de 9 años, agradece diariamente a Dios por haber sido sobreviviente a una de las batallas más difíciles que cualquier persona podría enfrentar: el cáncer.

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'Fue muy duro porque desde antes de cumplir mi primer añito, me salió algo en mi ojito y le dijeron a mi mamá que debían operarme. Ella se preocupó y se puso muy triste. Todo afortunadamente salió súper bien y mejoré mucho', dijo la pequeña, quien reside en el barrio La Floresta, de Soledad.

Aunque los recuerdos son casi que nulos, relató que a los pocos meses de nacida fue sometida a varios procedimientos médicos debido a un tumor en el glóbulo ocular izquierdo que fue diagnosticado como histiocitosis, un tipo de cáncer que –según la literatura especializada– produce lesiones en uno o más lugares del cuerpo.

'Luego de mi primera cirugía, me hicieron quimios y todo salió súper. Antes no me daban esperanzas de vida, pero siempre he sido muy feliz; doy gracias a Dios por todo, porque así como hay momentos malos, también son muchos los lindos', expresó la pequeña.

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Cuando el sol volvía a brillar y todo parecía a estar bien, en noviembre del 2023, mientras su madre la peinaba, como era costumbre, le sintió un 'bultico' en la cabeza. Esto encendió nuevamente las alarmas de sus familiares, por lo que volvieron a visitar a su médico tratante.

'Antes solo me hacían controles, pero tras consultar le volvieron a decir a mi mamá que me tenían que operar. El lloraba mucho, porque tenía miedo; sin embargo, nuevamente todo salió bien y estoy en el proceso de recuperarme, hacerme más pruebas y esperar los resultados', señaló la menor.

Recordó, además, que su motivación y su principal apoyo fue su progenitora. Por eso, le ha sido muy difícil aceptar que –días después de su última cirugía y dos días antes de su cumpleaños– su madre se fuera del plano terrenal.

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'No estaba enferma, pero murió de un infarto cardiaco. La recuerdo con mucho amor y agradezco a Diosito porque ahora es mi ángel y me cuida desde el cielo. Estoy con mi hermano de 5 años y mi papá, quienes son muy amorosos conmigo', indicó.

La niña afirmó que aunque en varias ocasiones ha sentido miedo, disfruta cada día al máximo: 'Pertenezco a Funreto, una fundación en la que está mi madrina y que me ha ayudado muchísimo. Yo le pido a Dios que la bendiga y cuide mucho'.