A pesar de las obras que se han ejecutado en Barranquilla para acabar con los arroyos, cada vez que llueve las fuertes corrientes de agua que se forman en las calles siguen causando emergencias y sembrando temor entre los ciudadanos.
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Las fuertes corrientes de agua paralizan algunos sectores de la capital del Atlántico, amenazando el bienestar de los ciudadanos que son sorprendidos mientras transitan por las zonas que ahora se han convertido en un riesgo. La misma amenaza la enfrentan los peatones, las personas que trabajan cerca de los puntos críticos y los vendedores informales.
Durante muchos años, los temibles arroyos que se formaban en Barranquilla cobraron las vidas de varias personas, dejando vacíos infinitos en sus familias y marcando la historia de la ciudad; empero, también han sido numerosos los que han logrado salvarse. Varios de estos arroyos fueron canalizados, pero han surgido otros que están causando emergencias.
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Uno de ellos es el llamado arroyo de la 85, cuyas embravecidas aguas –cada vez que llueve– ponen en riesgo a las decenas de personas que transitan por la carrera 50 con calle 85, pues esta es una zona comercial, de unidades de salud y de alto tráfico.
Trabajadores de la zona recuerdan varios casos, pero el que más los ha marcado es el de un motociclista que meses atrás fue arrastrado por la corriente de agua. La situación fue registrada en video, permitiendo observar claramente que el hombre se dispuso a cruzar la esquina de la calle 85 con carrera 50, pero cuando casi lograba su cometido perdió el equilibrio del automotor y cayó a la corriente.
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Otro arroyo que está causando emergencias es el de la calle 57 con carrera 27. En días pasados, un bus que transitaba por la mencionada dirección del barrio Los Andes fue arrastrado por esta fuerte corriente. El nivel del agua subió, apagando el motor y dejando al vehículo a la deriva, hasta quedar atascado a un costado de la calle.