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Desde hace 40 años, el marquetero Ronald Barrios trabaja sin importar las inclementes temperaturas o la lluvia para poder llevar el sustento a su familia y dar una vida digna a sus tres hijos.

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'Llegué al Centro a los 8 años de edad y junto a mis compañeros he pasado dificultades porque por el sector pasaba un arroyo que nos obligaba a correr por nuestras vidas', dijo Barrios.

Recordó, además, que a pesar de no ser una labor fácil, también logró construir una familia junto a sus colegas.

Por eso, la entrega del mercado Sredni se convierte –para él– en un 'sueño cumplido', puesto que le permitirá contar con un espacio digno a los vendedores y a sus clientes.

'Tener un puesto en el espacio público afea la ciudad, pero con esta reubicación vamos a tener estabilidad laboral', sostuvo el comerciante.

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Otro de los beneficiados es Heider Gamarra, quien destacó el impacto positivo que generará el nuevo espacio para llevar el sustento a su familia ya que desde sus 12 años le tocó asumir las 'riendas' de su hogar tras la muerte de su padre.

Haciendo mandados, a sus 14 años logró empezar a construir su propio negocio convirtiéndose en marquetero y desarrollando su arte de retratar momentos con su pulso y lápiz.

'Esta reubicación es algo maravilloso. Ya me dieron mi local y solo falta mudarme', dijo el joven que actualmente cuenta con 24 años de edad.

Asimismo, Euclides Ortiz tiene su puesto de venta de cañas de azúcar hace 26 años y manifestó que durante muchos años esperó una oportunidad de reubicación con espacios amplios y seguros.