En medio de los albores del Carnaval de 1977, un joven religioso holandés llegó a Barranquilla con el propósito de impactar positivamente en la vida de personas sumidas en la pobreza y la inequidad social.
El religioso, de 77 años, ha venido liderando varios proyectos sociales para mejorar la calidad de vida de los residentes en La Paz, Nueva Colombia, Ciudad Modesto y Villa Caracas, entre otros sectores.
En medio de los albores del Carnaval de 1977, un joven religioso holandés llegó a Barranquilla con el propósito de impactar positivamente en la vida de personas sumidas en la pobreza y la inequidad social.